En la City todos apuestan a que el 20 de junio llegará la primera buena noticia: el ascenso a mercado emergente, mientras que en agosto Argentina sea invitada a ser parte de la OCDE.
De hecho, en los próximos 15 meses se espera un aluvión de dólares privados y de organismos multilaterales por al menos u$s 74.000 millones, cifra que podría alcanzar los u$s 80.000 millones si sumaran al respaldo del FMI, el BID y el Banco Mundial un préstamo sindicado por los bancos.
«El shock en el mercado de cambio esperamos comience a notarse a partir de octubre y se profundice con la mega-cosecha que esperamos para 2019 que podría aportar con los mismos rendimientos y volumen de 2017 un total de u$s 38.000 millones entre el complejo oleaginoso, el trigo y el maíz», revela un informe de research de Bull Market (BMB) que saldrá hoy.
Estiman que el FMI, el BID y el Banco Mundial le darán a la Argentina como escenario óptimo un total de u$s 34.000 millones, de los cuales se distribuirían u$s 27.000 millones el FMI, u$s 4000 millones el Banco Mundial y u$s 1000 millones el BID. Con esta estructura de fondeo y la capacidad de renovar préstamos con el BID y el Banco Mundial de forma automática los próximos tres años, Argentina tendría cubierto todo el fondeo en moneda extranjera hasta diciembre de 2022. Entre deuda en dólares y en euros, los pagos de capital y renta alcanzarían los u$s 35.500 millones. Todo dólar extra que venga por encima de u$s 34.000 millones permitirá lograr con mayor flexibilidad el objetivo de superávit primario para 2022.
Este escenario de no salir a buscar fondeo por los próximos cuatro años y reducir el costo del fondeo en 250 puntos versus el promedio actual cambiaría no el stock sino el costo del repago y la facilidad de generar nuevas renegociaciones para el pago, mejorando el perfil de la deuda por los próximos 10 años.
Bajo un escenario de los próximos 15 meses sin emisión de deuda pública en moneda extranjera ni en pesos en el exterior (ingreso de moneda extranjera como son los casos de los Bonte o Boncer con Euroclear), los únicos dos colocadores de deuda estiman que sea la provincia de Buenos Aires y el sector privado. «Con este escenario base, que es un fuerte supuesto de mínima, se estima una sola emisión subsoberana de u$s 1000 millones para financiar un pago de capital de la PBA y una emisión total de u$s 3750 millones en los próximos 15 meses por parte del sector privado, un monto sensiblemente por debajo del promedio de los últimos años», precisa el paper de BMB.
Con estas emisiones, el ingreso de divisas financieras serían de al menos u$s 4750 millones, escenario que plantea un EMBI soberano de 430-450 puntos. Si el riesgo soberano vuelve a niveles de 400 puntos, es muy probable que el ritmo de emisión se duplique. Lo importante para Argentina es el muy bajo nivel de endeudamiento del sector privado, que prácticamente no genera demanda de dólares para renta y capital en el mercado cambiario, quedando como único demandante el Estado Nacional, que en el caso de activar el fondeo multilateral tendría cubierto todos los pagos en moneda extranjera hasta diciembre de 2021.
«No creemos que luego de agosto existan riesgos en el mercado de cambios por el resto del mandato de Macri, generando pérdidas importantes para quienes apuesten a ese escenario versus el costo de oportunidad de estar en pesos», precisa Mauro Mazza, de Bull Market. A su juicio, el costo de la renta de las Lebac cercano a los $ 300.000 millones anuales es manejable si se da un escenario en que la liquidez del sistema demanda una suma equivalente al año, y el BCRA no compra divisas durante 2019. Cree que el stock de Lebac irá reduciéndose hasta un monto menor a los $ 900.000 millones por operaciones pactadas con bancos y nuevas regulaciones para los fondos comunes a partir de 2019. Es importante para lograr este objetivo que el Tesoro emita deuda ajustada a la tasa mayorista que supera a Badlar por 200 puntos: de esta forma, el tipo de demanda de activos en pesos migrará aceleradamente desde el BCRA al Tesoro.