En la noche del domingo, el dólar en el mundo abrió con leve alza frente a 5 de las 6 principales monedas. La única divisa que se imponía al billete de Estados Unidos, era el euro y por un margen imperceptible.
Si bien Wall Street tuvo una gran semana que terminó con leves bajas el viernes, ahora los inversores están más cautos porque hacia el fin de semana, en la cumbre del G-20 Osaka, se reunirán Donald Trump con Xi-Jinping, el presidente de China.
Los presagios de los analistas sobre esta cumbre son tan encontrados y diversos que los inversores levantaron el pie en el acelerador y se están cubriendo con el oro que tuvo una nueva suba de casi 1% y acumula alzas de 8% en el año. Los bonos del Tesoro Norteamericano tuvieron una leve baja y ahora rinden 2,03%, pero su precio sigue elevado porque acá hay coberturas importantes.
De todas maneras, los mercados antes de asumir riesgos esperarán las palabras de James Powell, el presidente de la Reserva Federal que hablará el martes en Nueva York y dará más precisiones sobre la baja de tasas de interés que se aguarda. Esperan una ratificación más amplia del movimiento porque todo lo que tienen son señales emanadas del organismo, pero sin especificaciones concretas.
Los índices de futuros de las principales bolsas eran positivos. El domingo a la noche, mientras los mercados asiáticos abrieron con alzas que no superaban 0,20%. Europa mostraba resultados mixtos. Wall Street, exhibía índices de cautela. Las apuestas en el Nasdaq eran de subas de 0,31% y de 0,24% para el S&P 500. Los futuros del Dow Jones marcaban mejoras de 0,18%.
Todo esto incidirá en Buenos Aires. No cabe esperar un dólar débil ante el peso y las demás monedas norteamericanas. Habrá toma de ganancias y no faltarán los que den por terminado el «carry trade» porque la cumbre entre China y Estados Unidos finalizará el sábado próximo y luego llega julio, un mes más politizado.
También habrá que ver cómo incide en el ánimo de los inversores el armado de las listas, las expectativas políticas y no faltarán los que, empezado julio, comiencen a cubrirse en dólares.
La autopista cambiaria por la que transitaba el Gobierno por el «efecto Pichetto» comenzará a tener algunas curvas pronunciadas que pondrán a prueba la confianza de los electores.
Afortunadamente, los dos partidos favoritos se encargan de arreglarse los equívocos entre sí. El desafortunado discurso de Mauricio Macri el día de la bandera, cuando habló sobre los camioneros ante alumnos de la primaria, fue compensado por CFK cuando se refirió a la diferencia del tener relaciones sexuales entre viudas y divorciadas.
En esta competencia parece ganar el que comete equivocaciones menos graves. De aciertos, ni hablar. Si hasta Alberto Fernández tuvo que explicar la foto de Máximo Kirchner con el candidato «nacionalista», Santiago Cúneo.
Todo esto lo tramitará el mercado en la primera rueda de la semana. Lo extraño es que Mauricio Macri tenía todo a favor el día de la bandera. Ya se sabía que el dólar se había desbarrancado en el mundo, durante el feriado argentino y que al día siguiente tendría una rueda de tranquilidad en los mercados. «Hubiera sido un gran acierto destacar lo que está ayudando este dólar a los que tomaron créditos hipotecarios con tasa UVA», señaló Adrián Mercado un referente de la plaza inmobiliaria.
Los lunes es el día que hay menos volumen de negocios. No se descarta que el dólar recupere parte del terreno perdido por el «efecto Pichetto», pero si el riesgo país sigue en baja, compensará con creces ese rebote de la divisa.
La baja del riesgo no es una posibilidad lejana, porque los que no quieren hacer «carry trade» (apostar al plazo fijo para luego de cobrar los intereses volver al dólar) pueden optar por comprar bonos de la deuda de la Argentina que tienen elevados rendimientos frente a la renta negativa de los bonos japoneses y alemanes y a la baja tasa de retorno de los títulos norteamericanos. Además, esas compras serán un alivio para el gobierno que enfrenta las consecuencias del efecto del vencimiento del Bono Dual.