La autoridad monetaria anunció el viernes que aumentará desde 6.000 hasta 11.000 los contratos diarios de compra de dólar en el mercado de futuros para sostener al real
El real brasileño, tras seis jornadas consecutivas de caída que lo hundieron a su menor valor en doce años, se apreció 0,70% el viernes luego de que el Banco Central anunciara medidas para frenar su devaluación.
La reacción, que dejó al dólar en Brasil a 3,51 reales para la venta, se produjo luego de que la autoridad monetaria anunciara que aumentará desde 6.000 hasta 11.000 los contratos diarios de compra de dólar en el mercado de futuros.
Ese aumento permitirá que el Banco Central de Brasil renueve prácticamente el total de contratos de compra de dólar futuro que vencen en los próximos días, lo que garantizó a los inversores demanda para un activo que venía cayendo.
La intención del Banco Central hasta ahora era la de reducir gradualmente la oferta de contratos «swap» (dólar futuro) y por eso solo estaba renovando el 60% de esos papeles.
Sin la fuerte intervención del emisor, la moneda brasileña se devaluó un 1,31 % el jueves, cuando el dólar cerró a 3,535 reales para la venta, su peor cotización en los últimos doce años.
Pero tras el anuncio, y de seguir con el actual ritmo, el Banco Central acabará renovando el 100% del lote de estos contratos que vencen de acá hasta septiembre.
El ministro brasileño de Hacienda, Joaquim Levy, había descartado el miércoles cualquier tipo de intervención del Gobierno en el mercado cambiario para frenar la devaluación. «El dólar es fluctuante y seguirá fluctuante», dijo en ese entonces.
Levy atribuyó la apreciación del dólar a la coyuntura internacional, principalmente a la expectativa de que Estados Unidos comience a elevar sus tipos de interés, y descartó que puede obedecer a la actual crisis política y económica en Brasil.
La devaluación del real ha encendido la señal de alarma en Argentina, que tiene en el gigante sudamericano al principal destino para sus exportaciones industriales.
La devaluación le ha permitido a Brasil mejorar el resultado de su balanza comercial ante el encarecimiento de las importaciones, en momentos en que el país, que enfrenta una contracción económica, necesita de divisas para reducir el déficit de la balanza de pagos.