Es la segunda transferencia de utilidades en lo que va del año, la última fue en junio. La emisión ya duplica la meta pactada con el FMI
El Banco Central (BCRA) transfirió el viernes pasado $250.000 millones al Tesoro, un nuevo movimiento que implica emisión monetaria para asistencia directa al sector público. En lo que va del año, la entidad conducida por Miguel Pesce lleva emitidos casi $2,2 billones, una masa de pesos que duplica el monto máximo que permite el acuerdo entre la Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) aún cuando no computa otras fuentes indirectas de financiamiento al fisco, como la recompra de deuda en pesos y la integración de encajes bancarios. Se trata de medidas con efecto expansivo para la base monetaria que recalientan una inflación que viaja por encima del 115% interanual.
Los datos oficiales fueron dados a conocer por la propia autoridad monetaria a través de su Informe Monetario Diario. La transferencia se concretó en concepto de “giro de utilidades”, esto es, ganancias contables de Banco Central que por normativa se pueden girar al Tesoro. El Central obtiene esas ganancias porque la mayor parte de sus activos están denominados en moneda extranjera y la suba del dólar genera un beneficio en términos de pesos que la entidad después usa para financiar al sector público.
Son ganancias contables porque si bien parte de la ganancia en pesos es real -por ejemplo, por la suba de valor que tienen las reservas o el oro en pesos- también se computan activos cuyo valor es como mínimo dudoso. Por ejemplo, las letras intransferibles que el Tesoro le coloca al Central cada vez que usa divisas de sus reservas son papeles sin valor de mercado, pero como figuran en el balance y están denominadas en dólares, generan estos supuestos beneficios financieros al banco. Es una de las máquinas de crear pesos con las que cuenta el BCRA.
En lo que va del año, el BCRA lleva transferidos $400.000 millones al Tesoro por esta vía. Fueron $150.000 millones en julio y estos nuevos $250.000 millones de agosto.
Pero no es la única vía de emisión monetaria para asistencia directa al fisco que tiene el BCRA a disposición. La otra son los “adelantos transitorios”, una suerte de préstamos que implican una expansión monetaria y que si bien tienen un tope máximo, ese techo suele ser superado porque la Carta Orgánica de la autoridad monetaria lo permite en circunstancias excepcionales que no suelen tener nada de excepcionales.
Por vía de adelantos transitorios, el BCRA lleva emitidos $1,798 billón en el año. Sumando adelantos y utilidades, la cifra total llega a $2,198 billones.
Con semejantes dimensiones es fácil perderse en el mar de pesos. Pero hay una comparación que da cuenta de qué tan lejos llegó la emisión monetaria en lo que va del año. La cifra acumulada hasta ahora equivale a 1,3% del PBI, según cálculos privados, mientras que el acuerdo con el Fondo -varias veces modificado- marcaba como objetivo que la emisión para asistencia directa no superara en 2023 el 0,6% del PBI.
“Ya estamos mas que duplicando meta anual y falta la etapa del año con mayores necesidades de financiamiento”, resumió Gabriel Caamaño de Consultora Ledesma.
Pero, como aclara el especialista, esta es la emisión monetaria “en blanco”. La visible. No la única. Desde el año pasado, cuando un derrumbe de los precios de los bonos soberanos en pesos inició el proceso que eyectó a Martín Guzmán del Ministerio de Economía y desencadenó en la llegada de Sergio Massa al Palacio de Hacienda, el Banco Central es hoy el principal comprador de deuda en pesos del Tesoro. Lo hace en forma indirecta, comprando a privados que abandonan esos papeles a un precio prefijado. Así, se evita una caída aún mayor de los precios de esos papeles y se genera financiamiento para cubrir las necesidades que la Secretaría de Finanzas sale a buscar en cada licitación de deuda (como la que va a tener lugar esta semana). Las compras de esos bonos se hacen, claro, con más emisión monetaria.
Hay más vías por las que se crean pesos. Para ayudar a solucionar el mismo problema con la deuda en pesos, con el tiempo se han ido flexibilizando las normas que permiten a bancos usar pesos de encajes para comprar deuda pública. Los encajes son una porción de los depósitos que los bancos tienen que colocar a tasa cero en el Banco Central, y no forman parte de la base monetaria. Al permitir cumplir esas normas de encajes con bonos en lugar de con pesos, los bancos obtienen un rendimiento por ese dinero que en otras circunstancias pagarían cero por ciento. El Fisco obtiene su financiamiento y los pesos que iban a estar encajados salen a circular, aumentando la oferta de dinero.
Además, aunque crece por debajo de la inflación, también el Banco Central emite dinero cada vez que paga intereses por las Leliq y pases pasivos con las que aspira dinero de la calle y son la fuente de emisión monetaeria más importante. Esa es otra fuente. Y también hay que contar la emisión por compra de dólares para tratar de apuntalar las reservas, más cuando operan tipos de cambio diferenciales como el “dólar soja” o el “dólar maíz” que implican más emisión de pesos por cada billete.
“El efecto que esto tiene, obviamente, es más inflación. Esta emisión, que se suma a la emisión de las Leliq, que se suma a la emisión de comprar bonos cuando los precios caen, que se suma a la emisión por el dólar soja, o el dólar agro mejor dicho, es más presión a los precios”, dijo el analista financiero Christian Buteler.