Hoy se renuevan casi $ 380.000 millones, el número más pequeño desde marzo de este año. Es el 41% de la base monetaria. Esto es porque se normalizó la curva de tasas para que los inversores tomaran letras a plazos más largos.
Con casi $ 380.000 millones por renovar, el Banco Central (BCRA) enfrentará el vencimiento de Lebac más pequeño de los últimos ocho meses hoy cuando lleve adelante su licitación mensual de letras con las que regula la masa monetaria. Con tasas tentadoras, más de 200 puntos básicos por encima de lo que pagaban un mes atrás, el proceso que llevó a reducir los «mega vencimientos» que precedieron a las elecciones legislativas podría empezar a revertirse hoy si es que los inversores optan por volcarse a las letras de plazos más cortos en forma masiva.
Hoy vencen $ 379.850 millones en letras Lebac, el equivalente al 41,3% de la base monetaria. En términos nominales, es el número más pequeño desde que en marzo la entidad conducida por Federico Sturzenegger enfrentó la necesidad de renovar $ 274.389 millones. En términos relativos, mientras tanto, las Lebac que llegaban a término en ese mismo mes equivalían al 34% de la base monetaria.
El nerviosismo por los mega vencimientos tuvo su apogeo meses después, en junio pasado, cuando vencieron $ 547.042 millones en letras. El 70% de la base monetaria en un sólo día.
En la calle Reconquista nunca compartieron la zozobra del mercado por estas «bolas de nieve». El miedo a que rescates masivos prácticamente dupliquen el circulante en un sólo día no se justifica, dicen, habiendo un mercado secundario en el que esa liquidez puede abandonar las Lebac e inundar la calle a diario. No habría por qué esperar la fecha de vencimiento.
Sin embargo, bajo la premisa de que lo que pone nervioso al mercado tampoco suma, el BCRA se puso como tarea estirar los vencimientos. En jerga: lograr que una parte del mercado elija suscribir letras de hasta nueve meses de plazo en lugar de concentrarse todo en la letra a un mes. Para eso dio por tierra con la «curva invertida» (en la que la tasa a un mes es la más alta de todas) y normalizó la pendiente: de menor a mayor.
El movimiento, de haber sido acompañado por buenas noticias en materia de inflación, señalizaba además una posible baja de tasas de corto plazo. Si la inflación bajaba al ritmo deseado, convenía congelar por 9 meses los altos rendimientos de las Lebac antes que renovar mes a mes.
Así, los mega vencimientos fueron cada mes menos mega. En julio venció el 65% de la base monetaria, en agosto el 63% y en septiembre el 56%. El mes pasado la cifra cayó al 43% y este mes al 41%.
El problema es que la inflación no siguió el rumbo deseado. En sólo 9 meses se acumuló el avance de precios que el techo de la meta de inflación trataba de alcanzar durante todo el año. Pasadas las elecciones, además, no había límites políticos a nuevas subas de tasa.
Esto llevó a que muchos operadores que eligieron estirar los plazos de sus letras cuando la autoridad monetaria amagaba con bajas de rendimientos quedaran mal parados, anotando pérdidas.
Por eso es que para hoy muchos ven posible que las posturas de bancos y otros inversores vuelvan a concentrarse en los plazos más cortos, en especial en la Lebac a 35 días (ver más en la página 2).
La tasa de la letra más corta se operaba ayer en el mercado secundario a 28,50%, la que vence en enero al 28,81%, mientras que en febrero llegaba al 29,38%. Junio y julio coqueteaban con el 30% anual. Son rendimientos hasta 200 puntos básicos por encima de los de hace un mes.