La premisa es mantener el dólar y las tasas sin sobresaltos. Mantendrán controladas las expectativas de una nueva devaluación. Así creen se tranquilizaría la cotización libre y volvería la paz al mercado de cambios, convulsionado por la batería de rumores
"¿Entonces se va? ¿Quién viene?", preguntaban desde una lado del teléfono. Desde el otro, silencio total. "Bueno, tenés aprobadas estas operaciones de importaciones para mañana". Y cortan. Así fue el diálogo entre la mesa de dinero de un banco líder y la mesa de operaciones cambiarias del Banco Central. Ayer por la tarde los banqueros se preguntaban, sin respuesta oficial, que pasaría con el futuro de Juan Carlos Fábrega al frente del Central.
Los rumores se fueron disipando, incluso por una desmentida casi inédita en forma de comunicado que emitió el mismo BCRA, aclarando que son solo versiones las supuestas peleas entre Economía y esa entidad. Todo sigue igual.
Tanto desde Economía como desde el Central, por orden de Cristina Kirchner, tuvieron que salir a bajar los decibeles. Eso se notó incluso en un dato no menor de mercado. La Anses salió a vender bonos en dólares para bajar el contado con liquidación. La cotización tiene especial injerencia en el comportamiento del dólar blue. Claro que la Anses sólo operó media rueda. Pasadas las 12.30 del mediodía se corrió del mercado y el liqui volvió a repuntar.
Desde el Central, la estrategia para llevar algo más de calma es la siguiente: frenarán la baja de tasas, no impulsarán una nueva suba del tipo de cambio oficial, y marcarán las expectativas de devaluación en el mercado de futuros.
Se dieron cuenta en el Central que haber alterado las reglas del juego hizo que empezara a menguar el ingreso de dólares por parte de los sojeros. Bajar la tasa (aunque fuera casi simbólica) y deslizar el tipo de cambio (las denominadas minidevaluaciones), generó problemas. Los exportadores liquidaron menos dólares. No mucho menos, pero se sintió. El Central pasó de comprar en promedio 100 millones de dólares por día, a tan solo 20 o 30 millones.
La disparada del blue, creen, fue una sobrereacción a un conjunto de nubarrones. La menor liquidación de dólares y las especulaciones a una devaluación mayor en el corto plazo, sumada a la supuesta pelea abierta entre Kicillof y Fábega, fueron los disparadores.
Para disipar eso, desde el Central están hablando de no aplicar nuevas subas del dólar oficial. La visión de Fábrega es que el dólar y las tasas tienen que estar alineadas con la inflación anualizada y sus expectativas. Por eso cree que el tipo de cambio, por ahora, puede mantenerse en estos niveles.
La tasa, en todo caso, deberá quedar también en torno a los valores actuales porque bajarla más sería convalidar una remuneración menor del dinero en pesos (las tasas ya están 10 puntos abajo de la inflación esperada). La subieron 10 puntos y luego la bajaron 2.
La señal de que el Central quiere contener expectativas a una devaluación se ven también en los mercados de dólar futuro. Ahí convalida una devaluación anualizada del 30% en los contratos más largos como octubre y noviembre. De hecho, el Central (algo atípico) estuvo interviniendo en esos contratos más largos últimamente, cuando siempre se posiciona en los cortos. Hubo días en los que vendió a razón de 50 millones de dólares para planchar esas expectativas.
"Tienen que dejar las cosas como estás hasta que se acabe la temporada de liquidación de la cosecha. En agosto puede haber algún salto adicional. Pero se dieron cuenta que fue un error tocar las variables cuando el sojero estaba liquidando. Lo primero que produce es incertidumbre. Y pagaron ese pecado", resumían desde un banco líder.
Por lo pronto la estrategia sería la de barrer con todas aquellas expectativas que generen ruido en el mercado de cambios, sea por la liquidación de los dólares (falta todo julio de ventas) o por la suba del dólar blue.
Fuente: http://www.infobae.com/2014/05/21/1566420-el-banco-central-retoma-su-estrategia-calmar-los-mercados