Desde hace seis meses el Central concentra la compra divisas en el mercado oficial. La posición de los activos externos disponibles, excluidos préstamos internacionales y las tenencias de oro, suman unos USD 3.000 millones
Los dólares del campo le están permitiendo al Banco Central recuperar lentamente su nivel de reservas. Además de haber regresado al nivel de USD 41.000 millones, el mayor desde octubre último, el dato más relevante es que ahora ganó algo de “poder de fuego” para intervenir en el mercado de cambios, porque a su vez incrementó las denominadas reservas “netas” de libre disponibilidad.
Según el último balance de la entidad, actualizado al 15 de mayo, los activos internacionales brutos sumaban USD 41.002 millones. De éstos, USD 20.152 millones correspondían al swap de monedas con el Banco Popular de China (a 6,4509 yuanes por dólar el 14 de mayo); otros USD 458 millones, a las Asignaciones DEG (Derechos Especiales de Giro del FMI, descontada la Contrapartida de Asignaciones de DEG); USD 3.156 millones por el préstamo del BIS (Banco Internacional de Pagos de Basilea, descontada la Contrapartida del Uso del Tramo de Reservas), y encajes por USD 10.506 millones (diferencia entre depósitos privados en efectivo en moneda extranjera por USD 16.052 millones y préstamos a exportadores, principalmente, por USD 5.546 millones). Así, las reservas netas de la entidad quedaron al cierre de la segunda semana de mayo, según el balance consolidado, en unos USD 6.730 millones. Si además se le descuenta las tenencias de oro (USD 3.650 millones), los activos utilizables para intervenir en forma inmediata en el mercado de cambios -aunque el oro requiere de una simple operación financiera en el exterior para hacerse líquido- sumaron unos USD 3.080 millones.
Si bien el BCRA efectuó compras de divisas en el mercado de contado por más de USD 6.000 millones desde diciembre último, las reservas netas recién ahora están superando el nivel que ostentaban al cierre de noviembre del año pasado, porque además tuvo que disponer pagos de deudas del Tesoro y ventas a importadores.
El 30 de noviembre de 2020 las reservas netas de la entidad estaban en unos USD 6.018 millones. Descontado el oro (USD 3.528 millones), los activos líquidos sumaban unos USD 2.491 millones. Y el 7 de diciembre habían subido a USD 3.330 millones.
¿Por qué las reservas netas no crecen a la par de las compras que efectúa el Central en la plaza de contado? Básicamente por el pago de deuda externa de la Administración Central a organismos multilaterales con divisas de la entidad -unos USD 1.300 millones-, más otros USD 1.000 millones que -según estimaciones privadas- sacrificó para contener el alza de la cotización de los dólares que se negocian en Bolsa, a través de la compraventa de bonos.
Un informe de IEB (Invertir en Bolsa) puntualizó que “el BCRA cuenta con una herramienta a la que llamamos ‘súper rulo’ a partir de la cual utiliza parte de los dólares adquiridos a los agroexportadores, para comprar en el mercado bonos denominados en dólares, los cuales luego vende contra pesos. Dicha intervención es una operación lícita. Tiene como ventaja de política pública poder intervenir los dólares alternativos e incluso esterilizar pesos. Tiene como contra, que el BCRA acumula menos reservas en el corto plazo, y podría estar generando un desequilibrio en el mercado cambiario con consecuencias negativas en el mediano plazo”.
Los expertos de IEB calcularon que desde noviembre, el BCRA lleva sacrificados unos USD 1.000 millones de reservas para ponerle un freno al alza de los dólares “liqui” y MEP a través de la compra de bonos contra dólares.
“De acuerdo a nuestras estimaciones, en mayo se ha intensificado la intervención superando el costo promedio diario de USD 9,2 millones que el ‘garrote’ le generó al BCRA el primer cuatrimestre del año”, añadió IEB.
Según la consultora Gabriel Rubinstein y Asociados en mayo el BCRA habría destinado un promedio de USD 16 millones por día para tratar de controlar la brecha entre el dólar oficial y las cotizaciones en Bolsa, con una participación mensual promedio que pasó de unos USD 200 millones a los USD 250 millones.
Un informe de Invecq Consultora Económica anticipó que “en caso de cumplirse la premisa que el Gobierno espera en términos de financiamiento neto, $1,4 billones (o 3,3% del PBI) deberían monetizarse para poder financiar los gastos. A su vez, el pago de intereses remunerados alcanza $1,6 billones (3,7% del PBI), siempre sujeto a que el proceso de absorción y de tasas de interés seguirá la dinámica actual. Por último, la compra neta de divisas, sin saltos bruscos del tipo de cambio podrán ser un nuevo factor de expansión monetaria por un aproximado de $400.000 millones a lo largo del año. Esto, de un total de $3,4 billones que se encuentran comprometidos a futuro, podrían complicar aún más el escenario en el mercado de pesos”.
“Por su parte, las buenas noticias, llegan desde el mercado agropecuario, donde se estima que, con los precios y la cosecha actual, la entrada de divisas supere los USD 10.000 millones con relación a la campaña anterior. Es por ello, que el BCRA pudo hacerse de más de USD 4.400 millones en el mercado, pese a que gran parte lo utilizó para intervenir la brecha cambiaria (USD 1.300 millones) y otro para el pago a acreedores internacionales”, afirmó el informe de Invecq.
¿Cuándo se le pagará al Club de París?
Aunque los números son demasiado justos, en las arcas del Banco Central habría divisas suficientes para cancelar a fin de mes el vencimiento con el Club de París y evitar el default. El Gobierno procurará dilatar los plazos para el pago de vencimientos de la deuda pública externa más importante del año y por eso busca algún tipo de consenso con los entes multilaterales para alcanzar este objetivo, dada la frágil situación económica y financiera de la Argentina, que atraviesa el pico de decesos por el COVID-19.
Vale recordar que la fecha límite es el 1 de julio -transcurrido un período de gracia de 60 días desde el vencimiento a fines de mayo- que incluso podría extenderse hasta las elecciones si avanza en las próximas semanas un acuerdo con el FMI que, por el estatuto interno del Club de París, es imprescindible para aplazar este pago.
Paula Gándara, analista de AdCap Asset Management, refirió que que “el presidente Fernández, de gira por Europa, trajo buenas noticias en cuanto al dialogo con los organismos internacionales de crédito. Los presidentes de las naciones europeas expresaron públicamente su apoyo al Presidente para que el país alcance un acuerdo con el FMI y el Club de París. Fernández también se reunió por primera vez con la directora del FMI (Kristalina) Georgieva y los comunicados posteriores a las reuniones confirmarían la continuidad del buen dialogo. Sin embargo, no hay especificidades en cuanto a un futuro programa. El escenario más probable es que los dichos del Presidente en cuanto a ‘el objetivo es alcanzar un acuerdo lo antes posible’ se traduzca a ‘después de las elecciones’”.
“Con respecto al Club de París, el Presidente informó que la renegociación del programa estaría ligado a un acuerdo con el Fondo. El pago al Club de Paris de USD 2.400 millones vence a fines de mes y no hay intenciones de pagarlo, de todas formas, entraría en periodo de gracia de dos meses. Por lo tanto, ahora las complicaciones se trasladaron a septiembre cuando vencen USD 1.800 millones con el FMI”, apuntó Paula Gándara.