La autoridad monetaria finalizó noviembre con un saldo negativo de USD 890 millones. Sus reservas bajaron por la caída del precio del oro y por retiro de depósitos, además de la intervención en el mercado. Los bonos argentinos volvieron a caer y el riesgo país se disparó a máximos desde el canje
El Banco Central debió desprenderse este martes de unos USD 135 millones de sus escasas reservas con el fin de abastecer la demanda genuina de divisas y evitar un alza discrecional del dólar oficial, en momentos en que se acentúan las dudas sobre el futuro económico. En noviembre, la entidad monetaria vendió unos USD 890 millones, cuando sus reservas totales rondan los USD 42.000 millones, aunque analistas privados dicen que el nivel de las reservas líquidas apenas suman unos 1.000 millones.
“Continúan acentuándose las preocupaciones a raíz del drenaje de reservas, a la espera de una proyectada mayor oferta de divisas desde el campo durante diciembre, lo cual es cotidianamente monitoreado por los operadores como antesala a nuevas definiciones dado que dicha dinámica no resulta sustentable”, dijo a Reuters un economista.
Las reservas del Banco Central cayeron hoy USD 489 millones y cerraron en USD 41.549 millones, según informó el BCRA. La fuerte baja obedeció a “las ventas en el mercado, la caída en el precio del oro y de las monedas en que cotizan parte de las reservas y en el retiro de depósitos de los bancos”, señaló una fuente oficial a Infobae. Añadió que la baja en el precio del metal fue el factor principal que impactó negativamente sobre las reservas y que la salida de depósitos no fue significativa. A la vez, indicó que no hubo pagos de deuda de relevancia, algo que podría haber justificado una baja tan drástica de las reservas. El mercado aguarda la presentación de un plan económico plurianual con los lineamientos de un ansiado acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para reestructurar deuda por casi 45.000 millones de dólares.
Con las actuales reservas “no tenemos las espaldas suficientes para hacer frente a nuestros compromisos del primer trimestre (del 2022), ni siquiera para cubrir un mes de importaciones”, dijo en declaraciones radiales el ex titular del BCRA, Martín Redrado.
El dólar experimentó alzas en todas las franjas del mercado. El dólar libre subió 50 centavos, para interrumpir una racha de tres sesiones estables, a $201,50 para la venta. La divisa “blue” anotó un alza de cuatro pesos o 2% en noviembre.
La brecha con el tipo de cambio oficial, que ganó apenas dos centavo, a $100,96 en el mercado mayorista, quedó en el 99,6 por ciento. El dólar mayorista acumuló una suba del 1,2% en el último mes, para llevar el acumulado del año a 20% de aumento.
En la presente rueda, el “contado con liqui” y el MEP ganaron entre dos y tres pesos, a $214,18 y $200,89, respectivamente. En noviembre, los dólares bursátiles treparon 19,4% y 12,1%, respectivamente, tendencia que tuvo que ver con que el BCRA dejó de intervenir en el mercado de bonos a partir del 15 de noviembre, tras las legislativas.
”En diciembre las autoridades económicas estiman que el inicio de la colocación de la cosecha fina podría arrimar ingresos por unos 3.500 millones de dólares”, afirmó Gustavo Quintana, operador de PR Corredores de Cambio.
Los mercados globales siguen atentos a las consecuencias que podría acarrear sobre la economía mundial la variante ómicron de coronavirus. Mientras que Wall Street negoció con amplias bajas, los ADR y acciones de empresas argentinas operaron con números mixtos. Destacó otro vez el desplome de Despegar: los títulos de la agencia de turismo online perdieron un 9% en dólares por tercera rueda consecutiva.
Impactó en los títulos de Despegar una resolución del BCRA, que a través de la comunicación “A7407″ prohibió a partir a las entidades financieras y no financieras emisoras de tarjetas de crédito, la venta en cuotas de pasajes y otros servicios turísticos en el exterior, como alojamiento en hoteles o alquiler de autos.
El índice accionario líder S&P Merval de la Bolsa de Buenos Aires mostró una recuperación de precios hacia el final de los negocios y mejoró un 0,3%, a 79.315 unidades como cierre provisorio, con lo que recortó a un 5,1% la caída en pesos durante noviembre, aunque medida en dólares “contado con liqui” la baja del mes fue de 8,5 por ciento.
Los bonos Globales restaban este martes un 1% en su promedio en dólares al cierre de los negocios en la Bolsa local, mientras que el riesgo país de JP Morgan subía 20 enteros para la Argentina, a 1.898 puntos básicos a las 17 horas. Al mediodía el riesgo país tocó los 1.906 puntos, la anotación más alta desde el canje de deuda de septiembre del año pasado. Pasadas las 18 horas, con el mercado ya cerrado, tocó los 1.910 puntos.
Los bonos negociados en el Mercado Abierto Electrónico (MAE) perdieron un 0,2% en su promedio en pesos, ante el marcado desinterés inversor, con lo que acumularon en noviembre una caída del 3,6% en pesos.
”La nueva variante de coronavirus, ómicron, representa riesgos para el crecimiento económico global y la perspectiva de inflación, debido a que se acumulan preocupaciones en torno a los riesgos de salud por esta variante y a que varios países han establecido restricciones de viaje en los últimos días”, refirió Moody’s en un informe.
La Fed reconoció que la inflación alta no es temporal
En ese contexto, impactó a las bolsas globales que el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, dijo este martes que la palabra “transitoria” ya no es el término más exacto para describir la naturaleza de la elevada tasa de inflación en la economía, la más alta en más de tres décadas.
“Probablemente sea un buen momento para retirar esa palabra”, dijo Powell, en respuesta a una pregunta sobre el uso persistente de la referencia para explicar por cuánto tiempo se espera que persista la acelerada inflación, en un testimonio ante la Comisión de Banca del Senado.
Inmediatamente después de la exposición del presidente de la Fed, los mercados reaccionaron de forma negativa. El Dow Jones de Industriales de Wall Street recortó 600 puntos, y pasó a perder un 2 por ciento. El precio del petróleo se desplomó un 5% en Nueva York, a USD 66 el barril.
Powell advirtió que la variante Ómicron del COVID-19 entraña nuevos riesgos para las perspectivas económicas del país norteamericano, para el mercado de trabajo y para la senda de inflación durante los próximos meses.
“El reciente incremento en los casos de COVID-19 y el surgimiento de la variante Ómicron plantea riesgos a la baja para el empleo y la actividad económica y eleva la incertidumbre por la inflación”, subrayó Powell en el discurso inicial que pronunció durante su comparecencia ante la Comisión de Banca, Vivienda y Asuntos Urbanos del Congreso.
El banquero central alertó acerca de las mayores preocupaciones que por el virus podrían reducir la predisposición de los ciudadanos a trabajar en persona, lo que ralentizaría la recuperación del mercado laboral e “intensificaría” los problemas todavía persistentes de la cadena de suministros.
Pese a todo, Powell indicó que las estimaciones de la Fed todavía apuntan a que la inflación “bajará significativamente” durante el próximo año según se vayan resolviendo los desequilibrios de oferta y demanda. No obstante, y aunque ha indicado que es “difícil” predecir los problemas de suministro, ha señalado también que “parece que los factores que empujan al alza la inflación durarán hasta bien entrado el próximo año”.
“Entendemos que la inflación elevada impone cargas significativas, especialmente para aquellos menos capaces de cumplir con los mayores costos de bienes esenciales como alimentos, vivienda o transporte. Estamos comprometidos con nuestro objetivo de estabilidad de precios. Usaremos nuestras herramientas para apoyar la economía y un sólido mercado laboral, así como para prevenir que se afiance una inflación elevada”, señaló el presidente de la Fed.
Cabe recordar que la tasa interanual de inflación en Estados Unidos se disparó en octubre hasta el 6,2% -ocho décimas por encima de la de septiembre- lo que supone el registro más alto de los precios de consumo en este país desde 1990, informó este miércoles la Oficina de Estadísticas Laborales.
Los precios de consumo subieron 0,9% desde septiembre, según esta estadística, más del doble que en el balance del mes anterior. El salto estuvo impulsado principalmente por los aumentos en el combustible, alimentos y automóviles.
La inflación en los EEUU se está acelerando de nuevo a medida que se desvanece el lastre económico de la oleada veraniega de infecciones por COVID-19, impulsada por la variante Delta, y persisten los cuellos de botella en la oferta.
Los miles de millones de dólares de ayuda por la pandemia de los gobiernos de todo el mundo alimentaron la demanda de bienes, dejando las cadenas de suministro sobrecargadas. La pandemia, que ha durado casi dos años, trastocó los mercados laborales, provocando una escasez mundial de trabajadores necesarios para producir materias primas y trasladar los bienes desde las fábricas a los consumidores.
En principio, la Reserva Federal reafirmó su creencia de que la inflación sería “transitoria”, concepto que decidió modificar ante la persistencia del alza de los precios.