El IPC de septiembre deberá reflejar un rebote en los precios y cierto impacto de suba de dólar. La estrategia gradualista es parte del problema. Ocurre que la emisión monetaria está vinculada con el financiamiento del déficit fiscal.
El Banco Central está inyectando dinero en la economía a un ritmo interanual superior al 31%. Por ello no extraña a los analistas que la inflación no ceda ni amague a acercarse a las metas y deseos de la cúpula del ente monetario del 12%-17% (y menos por debajo del 1% mensual en el cuarto trimestre). Es más, ya desde varias consultoras advierten que las estimaciones preliminares de septiembre arrojan un rebote inflacionario, sobre todo de la mano de alimentos y bebidas y algunos servicios.
Según los últimos datos del BCRA al 4 de octubre pasado la base monetaria se está expandiendo a una velocidad interanual del 31,2% donde la circulación monetaria lo hace al 34,5%. De modo que la emisión monetaria está creciendo entonces más del 10% interanual en términos reales. Frente a semejante ritmo de expansión monetaria no puede esperarse que el proceso de desinflación se consolide ni dé muestras de haber sido domado por la estrategia del BCRA.
Claro que no todo es responsabilidad del BCRA ya que la dinámica de la base monetaria muestra que se expande debido a las compras de divisas provenientes de emisiones de deuda pública a lo que se suma la asistencia financiera pactada con el Tesoro. O sea, todo asociado al financiamiento del déficit fiscal. La contracara es el aumento del stock de Lebac para esterilizar esta avalancha de pesos en la economía. Si bien el crecimiento real del agregado monetario M2 privado (circulante en poder del público + cuentas corrientes + cajas de ahorro del sector privado) mostró cierta desaceleración el mes pasado en términos interanuales vinculada a la relativa estabilidad de los depósitos, otros agregados como la base monetaria o el circulante han acelerado su crecimiento en términos reales interanuales.
Hoy precisamente se conocerá el dato del IPC del INDEC de setiembre y varias consultoras pronostican un salto respecto de agosto del 1,4% tanto para el IPC como para la núcleo. Explican que por más que el BCRA y el Gobierno considere que no hubo traspaso precios del salto del dólar registrado antes de las PASO, las mediciones privadas dan cuenta todo lo contrario. Ello se percibe sobre todo en los rubros vinculados a alimentos donde verduras y frutas picaron en punta. Aunque también los economistas esperan cierto impacto en el segmento de servicios más allá de ajuste como en la medicina privada. En tal sentido advierten que la inflación núcleo deberá reflejar estos saltos de los precios, en un mes en que no hubo ni ajuste de tarifas ni de combustibles (ya que están por venir).
Por lo tanto el accionar de la política monetaria muestra que no ha logrado atemperar las expectativas inflacionarias, ya que la emisión monetaria está jugando más para una inflación no menor al 20% anual que para una del 12%. Todo ello se da en un contexto en que, por suerte, el resultado de las PASO, trajo más certidumbre y ello permitió que la demanda monetaria se estabilizara.
Fuente: http://www.ambito.com/899889-el-bcra-emite-al-31-anual-y-complica-la-baja-de-inflacion