El Banco Central enfrentará una difícil encrucijada mañana. El hecho de seguir manteniendo las tasas de sus Lebac en el 38% anual a corto plazo no sólo continúa agrandando la bola de nieve de intereses de su deuda (que ya superan los $170.000 millones en el año) sino que además lo está obligando a emitir más pesos para intervenir en el mercado cambiario y evitar que el dólar sea “demasiado barato”.
Pese a que el BCRA viene intentando incentivar la demanda de divisas mediante la aceleración de los tiempos para que los importadores con deudas accedan al mercado y la autorización del giro de utilidades a empresas, los elevados rendimientos de sus letras internas continúan retrayendo la compra de dólares y empujando a bancos a desarmar posiciones en esa moneda para aprovechar los fuertes retornos que hoy ofrece el mercado por los pesos.
El hecho de que las lluvias mantengan frenado el ingreso de los dólares de la cosecha gruesa de la soja le da cierto alivio a la autoridad monetaria para seguir tratando de convencer al mercado de comprar más y así evitar que el tipo de cambio pierda competitividad.
Mientras las ventas fuertes del campo no aparezcan además podrá mantener acotado el ritmo de sus intervenciones, que la semana pasada le costaron una expansión de la base monetaria en más 3.920 millones de pesos.
Es que por cada dólar que compra, el Central se ve obligado a emitir $14,05. La cuenta se hace más abultada aún si tenemos en cuenta que luego debe absorber esos pesos “extra” mediante la colocación de Lebac al 38% anual.
La semana pasada, la divisa estadounidense en el mercado mayorista perdió 39 centavos, mientras que en las pizarras restó 18 centavos y cayó a su nivel más bajo desde el 5 de febrero último ($14,55).