La lluvia de dólares funciona como seguro implícito del tipo de cambio
Las tasas altas de interés en pesos combinadas con un dólar planchado reavivaron el debate sobre la existencia o no de una bicicleta financiera en el país, que desde el Banco Central salieron a negar, aunque reconocieron que el fenómeno existió en el primer semestre del año pasado, luego de la liberación del cepo. Para los economistas, por más que la autoridad monetaria utilice un tipo de cambio flotante que podría evaporar de un día para el otro la ganancia obtenida con las Lebac si la moneda se devalúa, en el mercado descuentan que el incesante ingreso de divisas funciona como una cobertura cambiaria para los inversores, que no necesitan hacerse de un seguro para garantizarse un rendimiento grande en moneda dura.
Un post publicado en el blog del BCRA define a la bicicleta financiera como el «arbitraje» que surge de tasas de interés diferentes entre dos países con una cobertura del riesgo como un contrato de dólar futuro. Así, entre enero y febrero los fondos que se financiaron en el mercado internacional con la tasa Libor, se pasaron a pesos para colocarlos en las letras del Central y se cubrieron con un seguro del Rofex obtuvieron hasta un 1,5% en dólares por 35 días, en momentos donde la Lebac llegó a rendir 38% anual. Los autores del post explicaron que esta situación particular fue consecuencia del desarme de posiciones récord en dólar futuro de fin de 2015 y el flujo de capitales que venían a posicionarse como antesala del nuevo modelo económico con menos restricciones a los movimientos especulativos.
«A medida que el BCRA introdujo cambios en la instrumentación de la política monetaria y se fue normalizando el mercado cambiario, las oportunidades de arbitraje fueron disminuyendo, dándose una convergencia hacia la paridad cubierta de tasas de interés, la cual sugiere una mayor eficiencia y profundidad del mercado», reza el artículo, que retuiteó desde su cuenta el propio presidente del Central, Federico Sturzenegger.
Para los autores con la bicicleta financiera «se habla de posicionarse en pesos, sin cobertura cambiaria, especulando a que el tipo de cambio se mantenga estable». «Pero esta apuesta es sustancialmente diferente a una operación que neutraliza el riesgo cambiario» como la que hubo hasta junio de 2016.
Esto es lo que para los economistas diferencia la bicicleta financiera actual con la que hubo en otros períodos históricos, donde había tipo de cambio fijo.
El problema es que, por la avalancha de divisas provenientes de las emisiones de deuda locales, el blanqueo y ahora los dólares de la cosecha, los inversores descuentan que el tipo de cambio se va a mantener en los niveles actuales en las próximas semanas.
«Los futuros de dólar están arbitrados con la tasa de interés y te pueden comer el rendimiento del carry trade en pesos», explicó el economista Federico Furiase. «Los fondos están viendo que hay un seguro de cambio implícito, pero ante cualquier ruido internacional el dólar puede saltar 30 ó 40 centavos y te desaparece la ganancia en pesos», añadió, como sucede con Latinoamérica
Otro operador del mercado señaló que «no hay ingreso nuevo de capitales pero los que entraron hace seis meses no se fueron, por lo que hay un excedente de dólares».
En definitiva, si bien el tipo de cambio flexible impide hablar de una bicicleta financiera tal como se conoció en otros períodos, el excedente de divisas permite reducir al mínimo el riesgo de invertir en pesos, más teniendo en cuenta las declaraciones de Sturzenegger y del titular del ministerio de Hacienda, que niegan la existencia de atraso cambiario porque, si hubiera, el público saldría masivamente a hacerse de billetes verdes.