Una primera versión de se cerró en 2009. Se trata de un canje de divisas de yuanes por pesos. Será presentado como la posibilidad de reforzar las castigadas arcas del Central.
La llegada de la comitiva encabezada por el presidente chino Xi Jinping a la Argentina que tendrá lugar mañana le dará la posibilidad al Gobierno argentino y el titular del Ejecutivo chino, de anunciar la renovación del swap oportunamente acordado en el 2009, una operación que implica un canje de divisas de yuanes por pesos argentinos.
Si bien un swap no necesariamente implica un desembolso o una integración de stock y, en rigor, suele verse más como un mecanismo de “compensación” a la hora de realizar el intercambio comercial, desde el Gobierno nacional será anunciado como la posibilidad para sumar u$s 12.000 millones a las reservas del Banco Central, hoy en u$s 29.644 millones.
Precisamente fue Juan Carlos Fábrega, el titular del BCRA, uno de los ideólogos y arquitectos del acuerdo, ya que hasta se encargó personalmente de ‘empujar’ la media sanción que recibió en el Congreso el proyecto de ley que da inmunidad a los fondos de bancos centrales extranjeros depositados en el país.
Su compromiso con la gestión del acuerdo se tradujo también en un encuentro con algunos legisladores para convencerlos de las virtudes del swap. “Fue un encuentro interesante donde Fábrega insistió en la reciprocidad que existe entre China y la Argentina y en que era necesario que los aportes tuvieran las garantías necesarias para poder realizar el swap respectivo”, le dijo a El Cronista la legisladora por el radicalismo de Mendoza y presidenta de la Comisión de Economía en el Congreso, Laura Montero. “Al parecer era un requisito que pedían los funcionarios chinos para suscribir el acuerdo”, agregó.
Una primera versión de este acuerdo se cerró allá por el año 2009. En aquella oportunidad se firmó un swap con China por 70.000 millones de yuanes o $ 38.000 millones vigente por tres años que terminó vencido sin haberse utilizado. La llegada de la delegación oriental a la Argentina aceleró los tiempos.
Entre los analistas y economistas consultados existe una mezcla de apatía y escepticismo. Para Pedro Rabasa, ex funcionario del BCRA y hoy director de la consultora Empiria, se trata de “un mecanismo para brindar liquidez que se usa cuando las circunstancias de mercado lo indican por presión sobre las reservas”. En este sentido, subraya el carácter de transitoriedad que tiene la medida.
Para Martín Redrado, ex titular del Central y hoy asesor económico del diputado Sergio Massa, el problema de la falta de dólares no se resuelve. En rigor, Redrado sostiene que para que el swap logre mitigar ese problema, “sería necesaria una operación financiera posiblemente en Nueva York de cambio de yuanes por dólares ya que el yuan no es una moneda convertible. Además habrá que pensar en los embargos de los fondos buitre”, dijo.
Por otro lado, hay quienes señalan que se trata de un acuerdo comercial y no financiero, y que Argentina no puede utilizar esos yuanes para comprar dólares, porque esos yuanes no son efectivo a no ser que la Reserva Federal (Fed) participe en una triangulación.
En cambio para Mariano Kestelboim, economista de la Sociedad Internacional para el Desarrollo y ex integrante de la Gran Makro, se trata de un “paso importante para respaldar las reservas y además no empujar a la Argentina a financiarse en los mercados internacionales en momentos donde los fondos buitre presionan al país y eso obligaría a convalidad tasas que no deben ser aceptadas”.