Aunque inyectó unos $ 33.000 millones en la subasta, retiró casi $ 140.000 millones a través del mercado secundario. Pudo compensar así la emisión de $ 17.000 millones por la compra de divisas al mercado (no al Tesoro), la mayor en un año.
El esfuerzo de esterilización del Banco Central dio frutos en mayo, cuando la entidad retiró del mercado un récord de $ 106.000 millones a través de Lebac para contrarrestar los pesos emitidos por otras vías. Si bien la autoridad monetaria inyectó unos $ 33.000 millones en su licitación de los miércoles (al no poder renovar la totalidad de los vencimientos), su agresiva intervención en el mercado secundario vendiendo estos instrumentos (que rozó los $ 140.000 millones) permitió secar la plaza con un saldo que estuvo muy por encima de la contracción de $ 28.167 millones que había logrado en abril y la esterilización de $ 75.891 millones de marzo.
Así, la base monetaria se achicó $ 38.823 millones el mes pasado, tras haberse expandido $ 41.158 millones en abril. El banco central logró, mediante la colocación de deuda en el mercado, más que compensar la emisión de pesos que supuso la compra de divisas al sector privado por $ 17.000 millones, el registro más alto desde hace exactamente un año atrás, ya que en mayo de 2016 había emitido $ 21.142 millones por adquisición de dólares. En mayo, en cambio, la entidad no le compró dólares al Tesoro y por ende, no inyectó pesos por ese canal. El mes anterior le había comprado unos $ 30.700 millones y venía siendo uno de los principales motores de emisión dada la activa colocación de deuda del Gobierno.
Pero no sólo emitió pesos la entidad que comanda Federico Sturzenegger por la compra de divisas. También hubo $ 4.200 millones que se transfirieron en concepto de adelantos transitorios al Gobierno, mientras que la operación de pases resultó expansiva. La subasta de estos instrumentos supuso la inyección de $ 44.120 millones, alrededor del doble que el mes anterior, cuando la imposibilidad de renovar la totalidad de los vencimientos había derivado en una expansión por $ 23.683 millones.
En un intento por hacer más atractivos estos instrumentos para los bancos, la Legislatura porteña eximió la semana pasada a los pases del pago de ingresos brutos, una medida que le permitirá a Sturzenegger manejar la tasa de política monetaria sin distorsiones. Hoy, los pases pasivos a siete días pagan una tasa del 25,50% que se reduce a 23,71% por efecto del impuesto, cuando a fines de la semana próxima se promulgue la norma volverán a alinearse con el resto de las curvas de las tasas. Con las subas de tasas de las letras en el mercado secundario, el stock de pases venía sufriendo y su relevancia ya se había reducido hasta el equivalente al 11% del stock de Lebac.
La tasa de política monetaria está en 26,25% desde el 11 de abril pasado, cuando fue elevada 150 puntos básicos después de un muy mal dato de inflación de abril. Como esa referencia es el centro de un corredor, la tasa efectiva que pagan los pases pasivos a 7 días (piso del corredor) es de 25,50% anual. Ese rendimiento compite con el 25,50% anual que pagan las Lebac a un mes.