En la autoridad monetaria sostienen que el acuerdo con cerealeras es inminente. Buscan que se liquiden, gradualmente, hasta u$s 2.000 millones
En el Banco Central aseguraban ayer que en las próximas horas darán los toques finales a la creación de una letra en dólares convertible al tipo de cambio oficial del día con la que buscan que las cerealeras exporten entre u$s 1.500 millones y u$s 2.000 millones de cosecha que está siendo retenida debido a la incertidumbre cambiaria. La estrategia, en un mercado bajista, es garantizar que podrán liquidar sus divisas al tipo de cambio de junio 2014.
Primero la disparada del dólar paralelo y más tarde la aceleración de la devaluación oficial estimularon que los productores retuvieran sus cosechas en lugar de exportarlas, a la espera de recibir la mayor cantidad de pesos posible por los dólares que perciben. Se estima que entre u$s 5.700 milllones y u$s 6.300 millones en soja están guardados en silobolsas a la espera de un panorama cambiario más claro.
El plan del nuevo titular del BCRA, Juan Carlos Fábrega, es volver inútil esa especulación cambiaria, con la creación de un papel que ajuste al tipo de cambio oficial y compense así a quien no quiera venda hoy mismo su producción.
Aunque los puntos y comas del acuerdo todavía estaban siendo definidos, fuentes allegadas a la negociación comentaron algunos detalles a este diario.
En líneas generales, lo que permitiría el mecanismo pensado por el BCRA es que los productores perciban el precio actual de la soja al tipo de cambio que regirá dentro de seis meses.
El mayorista avanza 26% en lo que va del año y, recientemente, aceleró: en los últimos 30 días trepa a un ritmo consecuente con una suba anual del orden del 50% y, desde que llegó Fábrega al BCRA, consecuente con una suba anual del 80%.
Algunas cerealeras todavía mantenían la esperanza de agregar un rendimiento a ese ajuste “dollar linked”. Pero este premio extra fue resistido por el Gobierno.
La letra será transferible, con la idea de que las exportadoras puedan pasárselas a los productores (una tarea que puede llegar a ser titánica, señalan en el sector). Para poder convencer al productor de entregar su cosecha a cambio de una letra las cerealeras pretenden usar la modalidad de “venta disponible”, es decir, congelar el precio de la soja en sus niveles actuales.
La tendencia de la soja es bajista. La posición enero Matba arroja un valor de u$s 340 por tonelada contra una posición abril 2014 menor a 300, esto es, para la soja nueva que se coseche en 2014. Pero si se instrumenta la nueva norma, podrían concretar ventas con entrega y precio ya fijado, congelando un valor que se va a depreciar.
Según estaba pensado el instrumento hasta ayer, los productores podrían liquidar la letra contra pesos a partir de los 45 días. De esa manera se busca garantizar la liquidez del instrumento sin necesidad de crear un mercado secundario (algo que, en principio, no se desea).
Aún no se conoce la letra chica y puede haber productores que tengan reparos, con una expectativa que persiste en temer nuevas medidas oficiales sobre el tipo de cambio que “embarren” lo que acuerden ahora. La evolución del tipo de cambio mostró diferentes velocidades en los últimos meses y el fantasma de un desdoblamiento (un dólar comercial más barato que otro financiero) sigue presente a pesar de las constantes desmentidas oficiales.
Sin embargo, el propio ritmo del mercado hace que en esta parte del año los productores quieran empezar a deshacerse de la soja stockeada con o sin letra del BCRA porque tienen que pagar la siembra de la nueva temporada y porque cuanto más esperan, más comienza a operar sobre su mercadería el efecto bajista del mercado.
En las primeras tres semanas de noviembre, el agro ingresó por más de u$s 200 millones por semana. La intención es duplicar esa cifra en breve.