Si bien el BCRA se valió de datos de diciembre para «confirmar la desaceleración de la inflación en el segundo semestre» del año pasado, optó por la cautela y dejó sin cambios el corredor de pases a 7 días. La suba del combustible y el resto de los aumentos previstos para el primer trimestre del año encienden la luz amarilla
Por cuarta semana consecutiva, el Banco Central (BCRA) decidió dejar sin cambios su tasa de política monetaria, con el ojo puesto en «señales mixtas» en la inflación en lo que va del mes. Según explicó en un comunicado el BCRA ayer, optó por mantener su tasa de política monetaria el centro del corredor de pases a 7 días en 24,75%. «Las estimaciones y los indicadores de alta frecuencia de fuentes estatales y privadas monitoreados por el BCRA muestran señales mixtas sobre la evolución de los precios en los días transcurridos del mes de enero», detalló.
La entidad también tomó en cuenta para su decisión datos de inflación de diciembre del IPC San Luis, del Sistema de Precios Mayoristas y del Costo de la Construcción, publicados por el Indec. Los precios al consumidor se incrementaron un 0,9% en San Luis.
En tanto, las inflaciones mayoristas fueron de 0,8% para el Índice de Precios al por Mayor (IPIM), el Índice de Precios Internos Básicos al por Mayor (IPIB) y el Índice de Precios Básicos del Productor (IPP), mientras que el Índice del Costo de la Construcción (ICC) también se incrementó un 0,8%.
Con estos resultados, el BCRA señaló que el segundo semestre de 2016 finaliza con una tasa de inflación promedio de 1,5% mensual para el nivel general del IPC San Luis, equivalente a una tasa anualizada de 19,0%. Para los precios mayoristas, la tasa de inflación mensual promedio del segundo semestre fue 1,0% para el IPIM, 0,9% para el IPIB y también 0,9% para el IPP, con tasas anualizadas de 12,6%, 11,7% y 11,1%, respectivamente. Finalmente, el ICC se incrementó a una tasa promedio del 1,5% mensual durante el segundo semestre, con una tasa anualizada del 19,2%.
«Estos resultados confirman el proceso de desinflación observado en la segunda mitad del año pasado», explicó la autoridad monetaria. Pese a la desaceleración de precios registrada en los últimos días del año pasado, en las primeras semanas de enero los precios habrían comenzado a «recalentarse», a partir del incremento de los combustibles registrado este mes. La consultora Elypsis, que realiza cada semana su propio relevamiento de precios, observó una «aceleración de los registros de alta frecuencia en enero», que llevarían a la inflación a cerrar el mes en niveles de 1,7% o 1,8%, según sus cálculos.
«El aumento de 8% en la nafta representó una presión considerable que tiene impacto sobre otros sectores», detalló el economista jefe de Elypsis, Gabriel Zelpo. «Para febrero, como estimación inicial vemos un incremento de nuestro índice de precios de 2%, por un nuevo ajuste en las tarifas de la luz y las prepagas», añadió.
Por su parte, Martín Polo, de Analytica, afirmó: «Para enero nosotros tenemos una visión de la inflación acelerando, para terminar un poco más alta que la de diciembre, básicamente, por la suba de los precios regulados. Sin dudas, la gran apuesta del Central es que este incremento de los precios regulados no se traslade a la inflación core: es decir, que si sube la nafta no termine aumentando el pan».
Respecto a la inflación núcleo, ayer el BCRA recordó en su comunicado que la provincia de San Luis no la releva, pero si el IPC del Gran Buenos Aires que publica el Indec, y que la semana pasada registró una inflación núcleo de 1,7% en el último mes de 2016, el mismo nivel del promedio mensual del segundo semestre del año pasado.
La expectativa del BCRA que en los próximos meses la inflación core baje del 1,7%, «de cara a un año en el que se esperan aumentos de precios regulados superiores a los del resto de los componentes del IPC».
Zelpo advirtió: «Los últimos registros mostraron una leve aceleración de la core por la suba de los servicios». Polo coincidió: «Vemos un pequeño movimiento en la core», dijo.
Los analistas concuerdan en que con este escenario el BCRA puede dilatar una nueva baja de tasa de política monetaria para evitar la suba de precios en el primer trimestre. Sin embargo Polo marcó: «Se da lo que nosotros llamamos tarinflación, es decir una inflación producto de decisiones que no tienen que ver tanto con la política monetaria y si con por ajustes del Ministerio de Energía por ejemplo. Desde este punto de vista, el Central tiene margen para bajar la tasa».