Avanzó 30 centavos luego de la brusca caída de anteayer, aunque con poco volumen negociado.
Calculan que apenas mueve entre u$s 12 millones y u$s 15 millones, la mitad que a fin de año. La escasez de pesos generada por la política monetaria determina una menor demanda, al igual que la reciente posibilidad de acceder a dólares oficiales.
Las abruptas oscilaciones del dólar paralelo tienen una sola explicación: el escaso volumen negociado, que en la plaza cambiaria calculan entre u$s 12 y u$s 15 millones diarios, la mitad que a fin de año.
Los principales operadores describen de esta manera el escenario actual: así como anteayer bajó de golpe, con muy pocas operaciones, ayer subió rápido también con escasas transacciones: “Arrancó el día en $ 10,70 tomador, pero como nadie quería desprenderse de los dólares a ese precio, enseguida subió a $ 10,80, luego se fue a $ 10,90y aumentó a $ 11, y recién cuando tocó $ 11,10 aparecieron los vendedores, que hicieron retroceder al billete 10 centavos, con lo cual terminó $ 10,90 comprador y $ 11 vendedor. Si bien algunos hablaban de un cierre de $ 10,95, a ese precio no se conseguían divisas”.
“Es más, si querías cerrar algo para hoy, el precio de venta era de $ 11,05”, revela un cuevero, en alusión a lo que se denomina el futuro del dólar blue, que se hace a un máximo de 24 horas. Es que, a partir de que cierra el mercado, unos minutos antes de las cuatro de la tarde, hasta que abre el día siguiente, a las 11 de la mañana, el mercado está cerrado. Pero si alguien quiere comprar en ese lapso, tiene que hacer esta suerte de contrato de futuro.
¿Cómo ven al billete en la plaza para las próximas semanas? “Para marzo estimo que estará en un rango de entre $ 10,60 y $ 11,50”, prevé un cambista. “Se mantiene o baja algo por las liquidaciones del agro y la suba de tasas. A tasas constantes, en septiembre u octubre podría volver a subir”, advierte un operador. “Las ventas se frenaron por falta de pesos, una vez que vuelva la liquidez se pone firme nuevamente. Es un tema de tiempos: la suba de tasas se la está comiendo la inflación: el bille busca fuerza nada más”, opina un correta (mayorista del blue).
Para Nadin Argañaraz, presidente del IARAF, la escasez de pesos generada por la política monetaria que está llevando adelante el BCRA genera menor demanda, lo que tracciona el precio a la baja: “Hay escasez de pesos, lo que hace que quien necesite pesos y tenga dólares los venda en el blue y, por otro lado, no hay demanda sostenida. La posibilidad de comprar dólares oficiales suma otro elemento. En las próximas semanas el valor dependerá del mantenimiento de la política monetaria. La suba de tasa de interés desalienta la demanda de dólar ilegal. De todos modos, el problema de fondo es la inflación, que marcará el ritmo de la cotización de la divisa con una mirada más allá de las próximas semanas”.
Gustavo Perilli, socio de AMF Economía, sostiene que “hay una tendencia bajista bien definida desde el 12 de febrero, cuando el tipo de cambio estaba a $ 12,1 que, si se consolida, definitivamente será un triunfo de la política monetaria más rígida y de las restricciones cambiarias más laxas. Una particularidad es que el blue dejó de extorsionar para competir con el dólar tarjeta. El salto que se produce hoy obedece en cierto modo a que se abarató demasiado. El reacomodamiento cambiario, en conjunción con la contracción de la base monetaria de alrededor de $ 38.500 millones en 2014, la colocación de deuda al 8,5% por la regularización con Repsol y el apoyo de los Estados Unidos en el tema houldouts, son todas buenas noticias”. A su juicio, si se cerrara más la brecha fiscal y se descomprimieran las expectativas se estaría en situación de dejar atrás la crisis cambiaria y de ubicar aún más en el margen al blue: “Lo único que falta es que el BCRA compre más reservas para estar más tranquilos”.
Para Fernando Baer, director de Bconomics, “haber secado la plaza de pesos, más la flexibilización del cepo, tienen cierto impacto positivo. No veo que existan motivos para que el blue baje en las próximas semanas, sobre todo cuando comience a pegar de lleno el ajuste de paritarias en los salarios. Una leve calma que no necesariamente debería sostenerse. Pero dependerá de lo que sigan impulsando desde la política económica (BCRA y Tesoro)”.