La mayor inflación sólo hace que el dólar siga pareciendo barato, al precio que sea, en cualquier mercado.
Esta semana el Gobierno ha podido mantener relativamente estable, pero sin que por ello haya podido revertirse, la sensación de que los dólares siguen escaseando. La calma de la divisa parece responder a la necesidad de liquidez en pesos que es típica de esta época (pagos de aguinaldo, gastos de fin de año, etcétera) más que a un cambio de expectativas.
La clave estará en enero, más específicamente la segunda semana, que es cuando los pesos vuelven al circuito monetario tradicional y encontrarán una economía menos equilibrada, a juzgar por el mayor déficit fiscal que se proyecta a partir de los mayores gastos que supone la solución de las sucesivas rebeliones policiales que deberán ser afrontados con mayores transferencias a las provincias, amén de que economistas y empresarios están ya proyectando mayores expectativas inflacionarias para el arranque del 2014.
Sin una solución de fondo al ya grave problema de fondo de la economía argentina, que es el persistente proceso inflacionario, el precio actual del “blue” no es otra cosa que barato.
Es cierto que el recambio ministerial parecería ser un giro más racional de la política económica, pero lo concreto es que la batalla de las reservas no se resolverá con visitas del ministro de Economía, Axel Kicillof, a China con la promesa de obtener multimillonarias inversiones. Como señala el consultor Federico Muñoz en su último informe económico, el pésimo puntaje que Dagong, la agencia cuasi estatal china de calificación crediticia, le asigna a nuestro país es un obstáculo para la empresa que se propone el oficialismo.
Por suerte aparece para los inversores argentinos una nueva posibilidad de ahorrar en dólares, y es nada menos que un instrumento financiero que funciona como un bono, y es la nueva obligación negociable (ON) de YPF. No es para reemplazar inversiones más conservadoras, sino para compartir una cartera bien diversificada.
Se trata de un instrumento que funciona igual que un título público, con vencimiento a 5 años y cuyo rendimiento dependerá de las ofertas recibidas, se regirá por la Ley Nueva York y los intereses se abonarán semestralmente por período vencido. El capital invertido será reintegrado a la fecha de vencimiento.
Se espera que el nuevo bono rinda en torno al 8% o 9% anual, algo menos que los títulos públicos RO15 y AA17, pero con algunos atributos que lo hacen atractivo para diversificar rendimientos y riesgos.
Fuente: http://www.ieco.clarin.com/economia/blue-junta-presion-enero_0_1048095544.html