• Lo usan las empresas para dolarizar carteras.
• El Banco Central y la Procelac lo siguen de cerca.
El comportamiento del mercado cambiario resultó por demás sugestivo en las últimas jornadas de la semana pasada: mientras que se descomprimía la tensión sobre el «blue», que cayó desde un pico de $ 16 a niveles cercanos a $ 15,50, el «contado con liqui» se mantenía muy firme cerrando la semana en niveles cercanos a $ 14. Esta presión marca la demanda del segmento mayorista, especialmente empresas, que prefieren esperar las elecciones con carteras dolarizadas.
El «contado con liquidación» permite conseguir divisas en el exterior partiendo de una posición en pesos en el mercado local, a través de la compra y venta de bonos o acciones. Otra opción es la operatoria denominada «dólar Bolsa», que consiste en conseguir esos dólares directamente en una cuenta local. En ambos casos se produce la intervención del Gobierno, tanto a través de ANSES como del Banco Central, para impedir que el tipo de cambio implícito suba en forma descontrolada.
La preocupación oficial va en aumento ante la presión que se registró en el mercado cambiario en las últimas semanas. En el caso del «blue», la forma de evitar una disparada mayor es la venta de dólar «ahorro», con la expectativa de que parte de esas divisas se terminen vendiendo en el mercado informal. En lo que respecta al «contado con liqui», la manera de evitar aumentos mayores es a través de la venta de bonos que organismos oficiales mantienen en cartera.
En varias reuniones efectuadas en las últimas semanas, la fiscalía especializada en delitos económicos (Procelac) mantuvo encuentros con agentes bursátiles para encuadrar qué tipo de operatoria está permitida y cuáles podrían esconder delitos. La Justicia ya determinó que el «contado con liqui» es legal en una causa de larga data iniciada contra el BBVA Francés. Sin embargo, no todo parece «blanco o negro».
Los controles en relación con esta operatoria son cada vez más estrictos. «En la medida en que se trata de una operación reiterada por parte de una empresa, es evidente que va más allá de lo que es la compra o venta de un título. El objetivo es esconder una operación cambiaria que por ley está prohibida, ya que todo debería canalizarse por el mercado único y libre de cambios», señalan desde la fiscalía que controla Carlos Gonella.
En otras palabras, en la medida en que la compra y venta de bonos sea efectuada en forma reiterada por un mismo inversor, la presunción es que se trata de una transacción que busca eludir las normas cambiarias vigentes, por lo que debe ser penalizada. Estas advertencias mantienen en alerta no sólo a inversores, sino también a los agentes bursátiles que también podrían resultar acusados.
El mercado ingresa ahora en una etapa crítica. Sucede que a la presión que ya de por sí genera la devaluación de distintas monedas de la región, la cercanía de las elecciones también genera más necesidad de cobertura por parte de los inversores, tanto individuales como institucionales.
Si bien el «contado con liqui» no impacta sobre las reservas ni representa fuga de capitales, la preocupación pasa por el efecto que genera sobre la cotización del dólar. Y está claro que cualquier salto que se produzca en este tipo de cambio implícito automáticamente se refleja en el mercado informal.
El aumento de la brecha entre el oficial y el paralelo a niveles superiores al 65% desata una mayor demanda de dólares. En este escenario, se acelera la contratación de pasajes al exterior o el uso de la tarjeta fuera del país (en ambos casos, al dólar oficial más un 35%) y lo mismo sucede con la demanda de importadores.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=805404