• Es lo que deberá pagar de intereses por el auge de las Lebac (podrían cubrirse 5 años de la asignación universal)
El célebre Premio Nobel Milton Friedman popularizó el aforismo de que en la economía «no hay almuerzo gratis», en referencia a que cualquier beneficio que se reciba siempre tiene un costo asociado, así lo paguen otros. Aunque Friedman siempre reconoció que no fue el creador del popular axioma entre economistas, en una de sus últimas disertaciones prefirió utilizar uno propio: «Nadie gasta el dinero de otro con el mismo cuidado que gasta el propio», siempre con relación a la crítica sobre los servicios y los subsidios públicos, mostrando que no eran gratuitos sino que alguien tenía que pagarlos con impuestos.
Sin duda el flanco fiscal es una de las herencias más pesadas que pasarán a la próxima administración. Pero además del rojo del Tesoro, algunos soslayan el impacto que ya tiene el déficit cuasifiscal, generado en el Banco Central. Basta señalar que sólo por el pago de los intereses generados por la magnitud a la que ascendió la deuda del ente monetario, principalmente en Letras, el próximo Gobierno debe hacer frente a un costo anual de aproximadamente $ 70.000 millones. Con este dinero se podrían pagar cerca de 1.350.000 jubilaciones mínimas anuales. O también pagar casi cinco años de la Asignación Universal por Hijo, según los últimos datos disponibles de la ANSES de pago de beneficios.
Dos años atrás, el déficit cuasifiscal insumía alrededor de $ 11.400 millones para luego pasar en 2014 a $ 14.800 millones. Para este año las estimaciones privadas apuntan ya a un rojo de $ 50.000 millones. Vale señalar que el stock de Lebac ya supera los $ 320.000 millones.
El año pasado, por el pago de intereses de la deuda, el BCRA afrontó erogaciones por $ 48.500 millones y para 2015 se proyectan más de $ 90.500 millones.
No hay duda de que la estrategia monetaria diseñada generó altos costos. La gran esterilización llevada a cabo en los últimos años para sacar el exceso de pesos del mercado con el fin de no alimentar las expectativas inflacionarias y no presionar al dólar «blue» ha conducido a esta situación. No sólo queda el BCRA con un balance deteriorado sino que se le quitó un gran margen de maniobra.
Está claro que nada es gratis. Pero a la hora de blandir el tambor del necesario ajuste de los subsidios económicos debido a los niveles que han alcanzado las necesidades de financiamiento del Tesoro, resulta incómodo justificar esto frente al costo financiero que ha adquirido la deuda del BCRA.
Una simulación de M&S Consultores sobre el impacto de un recorte en los subsidios da cuenta que asumiendo que el déficit primario asciende al 6% del PBI, una reducción nominal del 20% en los subsidios disminuiría el rojo en 2016 de $ 300.000 millones a $ 200.000 millones, equivalente a 3% del PBI. Ocurre que debido a que varios rubros del gasto público constituyen una variable endógena, es decir, que crecen al margen del devenir del gasto total, como por ejemplo el vinculado con la seguridad social, será difícil ajustar el desequilibrio de las cuentas públicas en el mediano plazo.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=790241