Por Invecq Consultora Económica.
Resumen semanal
En el día de hoy, el Ministerio de Hacienda publicó el Resultado Primario del Sector Público Nacional no Financiero (SPNF) correspondiente al mes de abril. En él, se destaca un resultado deficitario de $18.663,6 millones, es decir el equivalente al 0,2% del PBI. Por lo tanto, el primer cuatrimestre del año acumula un rojo de 0,6% del producto bruto lo que representa un 14% de la meta fiscal establecida para 2017, un déficit de 4,2% del PBI.
Analizando el nivel de actividad, según el relevamiento realizado por el Centro de Estudios de Servicios Públicos y Privados (CESPUP) en base al Ministerio de Energía y Minería, la actividad petrolera registrada durante el primer trimestre ha presentado una contracción interanual de 18,7%. De este modo, a lo largo de los primeros tres meses del año la cantidad de pozos terminados han sido solamente 230, mientras que en igual periodo de 2016 y 2015 se contabilizaron en 283 y 344, respectivamente. Asimismo, la cuenca Neuquina y la del Golfo San Jorge (las cuales aportan aproximadamente el 90% de la producción total) han presentado retracciones interanuales de 24% y 18%, respectivamente. Otro indicador de actividad fue provisto por el Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (IERIC) quien indicó que la cantidad de trabajadores registrados en la Industria de la Construcción evidenció un crecimiento mensual de 3,5% en marzo gracias a la creación de 13.500 puestos de trabajo. Por lo tanto, en el tercer mes del año se han contabilizado un total de 394.409 trabajadores. De igual modo, en términos interanuales también se observó una suba (6,9%), por lo que dicho aumento representa el tercer periodo consecutivo de crecimiento.
Por otra parte, desde el INDEC publicaron la valorización mensual de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y Total (CBT) correspondiente al mes de abril. Respecto a la cual determina la línea de indigencia, es decir la alimentaria, se estableció para un hogar tipo 2 (un matrimonio y dos hijos) en $5.919,8, lo cual representa un incremento mensual de 2,1%. Mientras que, la canasta que determina la línea de pobreza fue determinada para igual tipo de familia en $14.501,06, por lo que el aumento fue de 2,9 puntos porcentuales respecto de marzo.
Respecto a la política monetaria, este martes la entidad presidida por Federico Sturzenegger decidió mantener la tasa de política monetaria sin modificaciones, por lo que el corredor de pases a siete días continúa en 26,25%. La decisión se basó en los datos inflacionarios conocidos la semana pasada (SIPM e ICC) y debido a que los indicadores que utiliza el BCRA han determinado que en mayo la economía ha retomado el proceso de desinflación. Por otro lado, a través de una nueva licitación de Letras del Tesoro (Letes), el Gobierno ha tomado deuda por US$1.500 millones luego de una oferta que ha superado los US$5.600 millones, por lo que ha refinanciado el vencimiento de los US$1.250 millones de los próximos días. El resultado de la licitación permitió adjudicar US$500 millones en Letes a 179, 360 y 452 días a tasas de endeudamiento de 2,84%, 3,17% y 3,34%, respectivamente.
El desafío de exportar
Uno de los slogans de campaña de Cambiemos y que el Presidente Macri reitera habitualmente hoy ya en el gobierno es el de que Argentina debe convertirse en el “supermercado del mundo”. Con esto quiere decir que el modelo económico que tiene en mente es el de una economía abierta, integrada al comercio internacional y con un fuerte sesgo exportador de bienes y servicios provenientes del sector con mayores ventajas competitivas de la economía: el agroindustrial. Una especie de reedición del paradigma del “granero del mundo” de los comienzos del siglo XX, pero aggiornado a la nueva estructura de demanda del mundo y a las necesidades del país en el siglo XXI.
Más allá de los slogans y las comparaciones históricas, es un hecho real que Argentina necesita profundizar su relevancia como oferente de bienes y servicios en el contexto de una economía globalizada. Si bien puede sonar anacrónico dada la oleada proteccionista y aislacionista a la que asistimos con la victoria de Trump y el Brexit, lo cierto es que al mismo tiempo persisten y avanzan liderazgos liberales y aperturistas en distintas naciones del mundo, como son los casos de Trudeau en Canadá y Macron en Francia. Pero más importante aún es la visión aperturista y pro-comercio internacional de los líderes de China, India y el sudeste de Asia, ya que es ésta la zona de mayor dinamismo de la economía global, con una alta concentración poblacional y con demandas compatibles con los productos en los que Argentina muestra sus mayores ventajas de exportación. Mientras que el crecimiento promedio de la economía mundial estará en torno al 3,5% en los próximos dos años, esta región del globo tendrá una expansión promedio del 6,4%. Por ende, el crecimiento de la demanda mundial continuará estando liderado por estos países, lo que ya es un patrón en el comercio internacional de los últimos años.
En la última década el desempeño de las exportaciones se vio beneficiado por dos factores que impulsaron su crecimiento en dólares: un tipo de cambio real alto, que abarataba en dólares la producción nacional, y términos de intercambio récords como consecuencias del boom de los precios internacionales de las commodities y manufacturas exportadas por Argentina, que fue ampliamente superior a la suba de precios que experimentaron los bienes importados por el país.
Sin embargo, si se descompone la dinámica de las exportaciones en precios y cantidades, se observa que las cantidades exportadas en la última década no solo no han tenido un incremento tan espectacular como el que indican los valores en dólares, sino que, por el contrario, se encuentran estancadas desde 2005. Es decir que el país exporta la misma cantidad de productos que hace 12 años atrás. Si por esas cantidades se reciben más dólares que antes, es sólo gracias a que los precios internacionales de los productos exportados se mantienen, aún con la caída experimentada en los últimos 4 años, por encima de los de aquella época. Al mismo tiempo que ocurre esto con las cantidades exportadas, las cantidades importadas muestran un incremento del 90% en el mismo período, incubando así, un creciente déficit estructural en la balanza comercial. Si por algún motivo el precio internacional de las exportaciones volviera a los niveles de 2005, el saldo de la balanza comercial mostraría un importante déficit, considerablemente mayor a los 3.000 millones de dólares con los que cerrará este año.
Este estancamiento de las cantidades exportadas no representa un comportamiento homogéneo de los distintos rubros. Las exportaciones de productos primarios, por ejemplo, se incrementaron en un 30% en cantidades en ese período. Al mismo tiempo, las manufacturas de origen agropecuario, donde la mayor parte son alimentos y bebidas, solo muestran un crecimiento del 6% como consecuencia de una constante disminución desde el año 2007 hasta el año 2014, a partir de cuándo vuelven a tomar impulso. Este comportamiento responde a la crisis de rentabilidad y competitividad que comenzaron a mostrar, a partir del 2007, todas aquellas economías regionales que destinan sus productos industrializados al mundo como el caso de los vinos de Cuyo, los productos lácteos de la cuenca lechera del centro del país, las frutas procesadas del Alto Valle y la citricultura, la industria frigorífica, etcétera. Sólo a modo de ejemplo, en los últimos 6 años se perdieron exportaciones de carne por el equivalente a 13.000 millones de dólares como consecuencia de la crisis ganadera que dejó como resultado 10 millones de cabezas de ganado bovino menos. Las exportaciones de manufacturas de origen industrial también sufrieron y hoy se encuentran solo un 4% por encima de los niveles de 2005 cuando llegaron a estar un 60% por encima en el año 2011. En este caso a los problemas de competitividad como consecuencia del atraso cambiario, se sumó un problema de demanda externa (principalmente causado por Brasil). Por último, el caso más extremo es el de los combustibles, cuyas cantidades exportadas cayeron en un 70% respecto a lo que eran en 2005.
Estos números alarmantes pasan desapercibidos en la actualidad como consecuencia de que los términos de intercambio continúan siendo relativamente benevolentes. Pero ante un cambio en las condiciones externas, el problema de déficit comercial no tardaría en llegar. Es imprescindible desandar el camino de los últimos años y emprender una estrategia exportadora que permita mantener un crecimiento sostenible en el tiempo. El desafío de exportar consiste en crear las condiciones internas de competitividad que pongan en condiciones reales al país para proveer los productos que el mundo demanda, al mismo tiempo que se avanza en la apertura de nuevos mercados y la negociación de mejores condiciones de entrada en los ya disponibles.