“Nadie puede destruir a un mercado destrozado”, dijo un veterano trader que cree que las acciones rebotarán y los bonos también “porque no pueden estar más bajos”
La semana comienza con dos eventos importantes para la plaza financiera. En primer lugar, la continua y sostenida batalla que el Banco Central está llevando adelante para impedir la suba de los dólares financieros y en segundo término la licitación de la Secretaría de Finanzas para recaudar $ 240 mil millones para hacer frente a los vencimientos de la deuda.
El viernes debió sacrificar USD 14 millones de las reservas para impedir la suba del contado con liquidación que abrió a $ 168, un valor que incomoda a la entidad que preside Miguel Ángel Pesce. A partir de allí, comenzaron a vender contra pesos el bono en dólares AL30C, que es el que utilizan para intervenir.
Pero, además, tuvieron que utilizar el mismo bono en dólares y vender USD 77 millones nominales que equivalen a $ 4.429 millones para contener al MEP. Esta semana perdieron más de USD 50 millones intentando controlar al dólar. Finalmente, tras intervenir con el AL30, un bono que perdió casi 2,5% de su valor en el día, el MEP cerró a $ 163,53 con una suba de $ 1,50. El contado con liquidación aumentó $ 1 a $ 164,90. En las operaciones de las mesas de dinero, donde se opera con el GD30, el MEP aumentó nada menos que $ 1,50 a $ 165,52 y el contado con liquidación, $ 1,15 a $ 169,64 al filo de tocar $ 170.
Blues del tipo de cambio
En la plaza libre, el “blue” sigue preocupando porque terminó la rueda con un aumento de $ 15 a $ 174 y calculan que hoy podría rozar $ 180. El clima de negocios no es el mejor pero los operadores de activos de riesgo no están tensos. “Nadie puede destruir a un mercado destrozado”, dijo un veterano trader que cree que las acciones rebotarán y los bonos también “porque no pueden estar más bajos”.
El viernes apenas abrió la Bolsa el S&P Merval, el índice de las acciones líderes, bajó casi 6%. Los vendedores eran mayoría. Al final de la rueda los que celebraron fueron los compradores, porque las pérdidas se recortaron y el índice de las líderes terminó la rueda con un retroceso de 2,68%, había recortado a la mitad las pérdidas iniciales y con un volumen importante de negocios de $ 1.945 millones.
En caída
Las caídas más grandes fueron las de la cementera Holcim (-6,40%), Banco Supervielle (-5,90%) y Pampa Energía (-5,90%). Es que estas acciones cotizaban dentro de la categoría de mercados emergentes antes de que fueran descendidas a standalone, que es como quedar afuera del mundo porque los fondos del exterior no pueden tenerlos en sus carteras.
Pero como la Bolsa ahora está en manos de inversores locales que ven que este es el piso, no se preocuparon y no hubo pánico. De hecho. Comercial del Plata subió 4,30%; Transportadora Gas del Norte, 2,53% y Edenor, 0,48%. Los ADR’s -certificados de tenencia de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- operaron $ 2.300 millones, la caída de los negocios aquí fue de 35%. Las bajas fueron generalizadas y las más perjudicadas fueron Banco Supervielle (-8,12%), Edenor (-6,85%) e YPF (-6,97%).
Un dato a tener en cuenta es que CRESUD emitió Obligaciones Negociables por USD 35,7 millones a 6,99%, una tasa excepcional que no condice con la calificación que tienen las acciones. Las reservas crecieron apenas USD 3 millones a 42.419 millones porque el Banco Central no pudo comprar dólares en la plaza mayorista y debió intervenir en la plaza cambiaria, algo que se puede transformar en una costumbre hasta las elecciones.
Sin embargo, se reservaron un buen stock para intervenir en el futuro e impedir la suba del dólar. Como sus posiciones de venta de dólar a futuro están vírgenes porque cerraron todo lo que tenían abierto en mayo, les quedó un poder de fuego adicional de USD 5 mil millones que es el cupo que el FMI les permite vender en esta plaza.
La caída de los bonos de la deuda con ley extranjera fue preocupante, pero los dejó en precio de recompra. Esta baja hizo que el riesgo país aumentara 23 unidades (+1,5%) a 1.574 puntos básicos. La paridad de los bonos argentinos es similar a la que tenía Venezuela hace tres años. Para hoy se espera el resultado de la licitación, que se descarta que será favorable porque tiene cautivos a compañías de seguros y bancos que pueden canjear sus tenencias de Leliq por bonos soberanos a más de 180 días de plazo y solo hay tres productos que cumplen ese requisito -dos que ajustan por el CER, que son las preferidas, y una en pesos a tasa de descuento- los que le asegura a Finanzas un buen porcentaje de los $ 240 mil millones que buscan para tener un colchón para los futuros vencimientos.