La nueva gestión, a cargo de Fábrega, duplicó el ritmo de devaluación; y en la city ven la divisa a $ 6,31 a fin de año
La velocidad que empezó a tomar el dólar en la nueva era del Banco Central genera ahora algo más de vértigo en el mercado que en los tiempos de Marcó del Pont. Sólo en los primeros diez días de gestión de Juan Carlos Fábrega, el organismo aceleró el ritmo del tipo de cambio del 30% al 60% anual, incrementó las expectativas de devaluación hacia fin de año y profundizó aún más el "aceitado" drenaje de reservas que hasta entonces sufría en sus divisas. Ayer, el billete oficial volvió a trepar un centavo y medio, a $ 6,13, y acumuló así un avance de trece centavos en las primeras dos semanas del mandato de Fábrega. La buena noticia fue que, por primera vez en este período, el organismo no perdió reservas y que la brecha entre el dólar oficial y el "blue" volvió a reducirse: del 59% al 58%.
En las mesas de dinero sobrevuela una incógnita que, al menos hasta ayer, nadie conseguía develar: cuál es el flujo de dólares que el Gobierno prevé que lo salvará del actual desplome de reservas y que lo impulsa en estos días a tomar medidas con una audacia que llama la atención. Algunas iniciativas, dicen, podrían justificarse solamente si existiera la certeza (o la confianza) de que al final lo espera un abultado colchón de dólares. "Algún ingreso de divisas, que aún no trascendió, debería estar acordado; si no, no se explica", se sinceraba ayer un banquero.
Con este nivel de información, los ejecutivos de las mesas de dinero intentan descifrar los movimientos diarios que hace el Central. La nueva "meta" del ex Banco Nación parece restringida solamente a achicar la brecha cambiaria, entre el precio del dólar "blue" y el oficial. Y es, hasta ahora, la mejor foto que se puede mostrar: la diferencia entre ambos tipos de cambio, que era del 65,7% el día del desembarco de Fábrega, quedó ayer en el 58%. La reducción fue de 38 centavos (casi 8 puntos porcentuales) en dos semanas, si bien se obtuvo luego de intervenir con fuerza en el mercado de bonos para bajar el contado con liquidación (el tipo de cambio que surge del arbitraje que se hace entre activos locales y del exterior).
Con ventas de bonos propios y de la ANSES, a precios más bajos que los de mercado, el Central consigue que los inversores del mercado informal se vean tentados a adquirir divisas a menor precio en el mercado de títulos y acciones. Y desinflar, así, la fuerte demanda que se siente en el "blue". En estas dos primeras semanas de Fábrega, el "contado con liqui" se redujo de $ 9,20 a $ 8,72 y provocó que el dólar informal cayera de $ 9,94 a $ 9,69. Precios más bajos que en la City todavía leen con desconfianza: la relación entre el dinero que circula y las reservas, advierten, aún da un dólar de $ 10,50.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=718310