El mercado cree que el BCE va a tener que apuntalar a la economía con más estímulos, lo que debilita a la moneda. Además, sigue la desconfianza por el futuro de Grecia
Si bien el fortalecimiento del dólar pone en jaque al resto de las monedas del mundo, el euro tiene méritos propios para perder valor.
Ayer la divisa común de la Unión Europea (UE) volvió a caer hasta quedar por debajo de los u$s 1,18, a u$s 1,792, el precio más bajo desde diciembre de 2005. Y por si fuera poco, el mínimo intradiario fue de u$s 1,763, un valor que incluso es menor al primer cambio de referencia del euro establecido por el Banco Central Europeo (BCE) en enero de 1999, de u$s 1,789.
El recorte de la tasa de interés hasta un nivel histórico de 0,25% y los estímulos aplicados por el BCE no lograron hacer repuntar a la economía de la zona euro. Tras la baja de los precios al consumidor de diciembre, el mercado ya no se pregunta si la autoridad monetaria actuará para impulsar el crecimiento y eludir una espiral deflacionaria, sino que está atento a cuándo lo hará.
Se estima que el presidente del BCE, Mario Draghi, podría hacer un anuncio sobre un programa del banco para comprar deuda soberana en la próxima reunión del Consejo de Gobierno del banco central, el 22 de este mes.
El organismo quiso que las bajas tasas alentaran los créditos y así se reactivara la economía, una estrategia que finalmente promovió la devaluación del euro, dado que los inversores se inclinaban por el dólar, que rendía mejor.
Además, resurgió el temor de los inversores y los analistas sobre la continuidad de Grecia en la UE. Sucede que en las elecciones anticipadas que se llevarán a cabo el próximo 25 de enero tienen como favorito a Syriza, una coalición de extrema izquierda liderada por Alexis Tsipras.
Aunque Tsipras se manifestó en contra de la política de austeridad, también aseguró que el debate sobre la posible salida de Grecia de la eurozona no es más que un fantasma para aterrorizar a los votantes.
Para el especialista en mercados internacionales Luis Palma Cané hay que dividir las dificultades que atraviesa el euro en dos: el problema estructural y el problema coyuntural.
"En lo estructural, el euro venía de un nivel de u$s 1,30 que no era acorde ni con la productividad de la Unión Europea ni a la tasa de interés. Por el lado coyuntural las dudas sobre cómo se comportará Grecia luego de las elecciones también inquietan a los inversores".
A fines de abril de 2014 la moneda común se ubicaba en los valores máximos del año, casi u$s 1,40, de manera que en los últimos meses perdió poco más de 15%.
Por otro lado, la inestabilidad política es uno de las mayores preocupaciones de los inversores a la hora de apostar por los activos europeos.
Es cierto que entre los países que componen la UE, Grecia fue el que más cerca estuvo de abandonar la eurozona, sin embargo no faltaron los rumores de salidas cuando España, Portugal e Irlanda tuvieron que recibir sus respectivos paquetes de rescate de parte del BCE y del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Cabe destacar además, que una devaluación del euro es bien recibida por varias economías de la región, en especial las de España y Grecia, porque una moneda más barata les permitirá reavivar el turismo extranjero