El fin de mes ayudó a que el dólar paralelo no se disparara. Anotó una suba de casi 30 centavos. No hubo muchos compradores, porque en los últimos días del mes las pequeñas y medianas empresas necesitan pesos para afrontar el pago de sueldos y cubrir los cheques a proveedores, por lo cual hasta deben salir a rematar sus dólares ahorrados, ya que por la caída en las ventas y el aumento de la inflación no llegan a cubrir sus gastos con la recaudación
El día después del default, al abrir el mercado negro, a las once de la mañana, los principales corretas (mayorista del billete que se vende en las cuevas) marcaron para el blue la misma cotización del dólar teórico, el que surge de la relación entre los pesos que circulan y los dólares que los respaldan en las reservas: $ 13,50. “Pero a ese precio no pudieron empomar a nadie”, como dicen sin sutilezas en el ambiente.
“El trabajo con el pánico se les está cortando, porque la gente no come vidrio. Al no haber compradores, lo tuvieron que bajar a menos de $ 13. De hecho, pese a haber habido pocas operaciones, el volumen real estuvo entre $ 12,60 y $ 12,85, y terminó cerrando en $ 12,65”, informa el dueño de una mesa de dinero. Fue una suba de casi 30 centavos. “Para estos días veo un canal tranquilo, de entre $ 12,30 y $ 12,80”, vaticina un correta.
Sucede que el parate en las ventas generó un alivio para que no se disparara el blue. Ante una caída en la facturación, y aumento en los costos por inflación, muchas pequeñas y medianas empresas no llegan a cubrir los gastos con lo que recaudan, que cada vez se evapora más rápido. Entonces, deben salir a rematar los dólares ahorrados para poder llegar a pagar los sueldos de los empleados y cubrir los cheques de los proveedores. Lo suelen hacer a último momento, a fin de mes, para especular si les entra algo más de efectivo en caja y para conseguir mayor cantidad de pesos, ya que el billete siempre suele ir para arriba.
El blue es un mercado que se mueve puramente por expectativas, al punto que el volumen negociado a diario es mínimo, de apenas entre u$s 3,5 y u$s 4 millones, cuando llegó a mover u$s 50 millones en las mejores épocas.
A los corretas las oscilaciones del billete les conviene, porque es cuando más negocios pueden hacer, en un mercado donde varias cuevas se anticiparon a la Argentina y ya habían entrado en default, al tener una gran cantidad de cheques rechazados, a lo que se suma la ola de robos en la zona de Corrientes y Reconquista.
Lo cierto es que hoy la inflación le está ganando por goleada a los aumentos salariales, con el agravante del impacto del impuesto a las ganancias, que no se actualiza y corre para quienes ganan desde $ 15.000 brutos. Esto redujo en gran medida el poder adquisitivo y anuló, en muchos casos, las posibilidades de ahorro de los particulares. Fue otro alivio para que el dólar paralelo no se disparara, ya que mucha gente debe salir a vender sus divisas para poder pagar la tarjeta de crédito.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que el hermano mayor del blue es el contado con liquidación, que es la compra de bonos o acciones en la Bolsa para venderlos en Wall Street.
Este dólar que sirve para fugar divisas se consigue a sólo $ 10, el mismo valor que el dólar ahorro que autoriza la AFIP. El liqui mueve entre u$s 90 y hasta u$s 100 millones los días más calientes y supo estar en línea con el blue. Hoy la brecha con el billete está casi en el 30%. En tanto, el dólar Bolsa, también llamado MEP (Medio Electrónico de Pago), cotiza a $ 11,35.
Por lo tanto, con el puré (que es como se denomina en la jerga a la compra de dólares blancos para venderlos en el mercado negro) se gana más de un 10% al vender esas divisas en el paralelo.
Con el blue a $ 12,65, también empieza a ser negocio el uso de la tarjeta en el exterior, dólar que hoy cotiza a $ 11,14, si al oficial se le aplica el recargo del 35%, que luego puede descontarse por ganancias o bienes personales, aunque recién en abril del año que viene.