Así lo afirmó un reporte regional realizado por el departamento que dirige Ilan Goldfajn. El organismo cree que la Argentina crecerá 4% este año y que habrá una desaceleración económica en América Latina.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) reiteró su proyección de crecimiento de la economía argentina en torno de 4%, en línea con lo que estimó en el programa económico acordado con el Gobierno nacional. En un informe sobre la economía regional, el organismo advirtió sobre el fuerte impacto de la inflación global en las economías latinoamericanas, cómo los estados deberían afrontar esa crisis y alertó sobre posibles “dificultades financieras” en esta parte del mundo como consecuencia de la guerra en Ucrania.
En una publicación en un blog especializado sobre América Latina, el director del Departamento del Hemisferio Occidental Ilan Goldfajn, junto con otros dos economistas, sostuvo que “la guerra en Ucrania, el aumento de la inflación, las condiciones financieras más restrictivas, la desaceleración económica de los principales socios comerciales, y el descontento social pueden empeorar las perspectivas de crecimiento”.
Las perspectivas de crecimiento económico del FMI para la región muestran un 2,5% de expansión, medio punto porcentual más bajo de lo que esperaba en octubre pasado. Para la Argentina, ese cálculo es de 4% de mejora del PBI -en línea con el programa económico acordado- y de 3% para 2023. Otros países como Brasil tendrían un crecimiento de apenas 0,8%, México un 2%, Chile un 1,5%, Perú un 3% y Colombia un 5,8 por ciento.
“La guerra en Ucrania está convulsionando a la economía mundial y elevando la incertidumbre en torno a las perspectivas de América Latina y el Caribe. El impacto se siente en América Latina a través del aumento de la inflación, que está afectando los ingresos reales, en especial de los más vulnerables”, consideró el informe, días después de la reunión de primavera del FMI y el Banco Mundial en Washington.
Las perspectivas de crecimiento económico del FMI para la región muestran un 2,5% de expansión, medio punto porcentual más bajo de lo que esperaba en octubre pasado. Para la Argentina, ese cálculo es de 4%
“Ante este desafío, las autoridades están adoptando políticas monetarias más restrictivas e implementando medidas para amortiguar el golpe sobre los más vulnerables y contener los riesgos de tensión social. Pero se avecinan otros riesgos. Una posible escalada de la guerra podría llegar a provocar dificultades financieras a escala mundial y una contracción de las condiciones financieras en la región”, apuntó el reporte regional.
“Además, el actual endurecimiento de la política monetaria en Estados Unidos, con una orientación más restrictiva por parte de la Reserva Federal, podría, con el tiempo, incidir en las condiciones financieras internacionales. El aumento de los costos de financiamiento a escala mundial e interna puede acelerar la salida de capitales y plantear un reto para la región, dadas las grandes necesidades de financiamiento público y externo en algunos países, y los limitados recursos para financiar inversiones en la región”, advirtió el FMI.
“Una desaceleración más acentuada del crecimiento en China, debido a la pandemia o a otras razones, también podría tener un impacto en los precios de exportaciones clave y en el comercio de la región. Todos estos riesgos ensombrecen las perspectivas de crecimiento en América Latina y exigen medidas de política”, continuó el reporte.
Por otro lado, sobre la aceleración inflacionaria, mencionó que el 40% de los gobiernos de la región ya tomaron medidas, sobre todo por el lado de los impuestos, con un costo fiscal que se acerca al 0,3% del PBI regional.
En ese plano, el FMI planteó escenario distintos de acuerdo a cada país, respecto a cómo actuar ante la escalada de precios. “Para garantizar la cohesión social y reducir el riesgo de tensión social, los gobiernos deberían proporcionar apoyo focalizado y temporal a los hogares vulnerables y de bajo ingreso, y dejar que los precios internos se ajusten en función de los precios internacionales”, propuso el Departamento del Hemisferio Occidental.
“Esto ayudaría a los grupos vulnerables y contendría los costos fiscales, además de incentivar la producción y moderar el consumo. En los países con redes de protección social desarrolladas, podría ampliarse su acceso para incluir de forma temporal a grupos más amplios de la población”, continuó.
En un informe sobre la economía regional, el organismo advirtió sobre el fuerte impacto de la inflación global en las economías latinoamericanas, cómo los estados deberían afrontar esa crisis y alertó sobre posibles “dificultades financieras” en esta parte del mundo como consecuencia de la guerra en Ucrania
Ahora bien, para países “donde no existen redes de protección desarrolladas, los gobiernos podrían poner en marcha mecanismos temporales para suavizar el traslado de la subida de los precios internacionales a los precios internos”, sin especificar qué tipo de medidas podrían ser. De todas formas, advirtió que podrían “tener un costo fiscal significativo y distorsionar los incentivos de precios para consumidores y productores”.
“A los países que se benefician de mejoras en sus términos de intercambio -un indicador de los precios de las exportaciones de un país respecto de sus importaciones-, quizá les sea más fácil financiar estas nuevas medidas. Sin embargo, cualquier espacio fiscal adicional debe utilizarse con prudencia, dados los riesgos inusualmente elevados que rodean la recuperación mundial y la evolución de los precios de las materias primas, así como el aumento de los costos del financiamiento público”, consideró el FMI.
Para financiar paquetes de ayuda hacia los sectores más vulnerables de la población, el Fondo Monetario auspicia “reformas tributarias (como el aumento de los impuestos sobre la renta de las personas físicas) que apuntalen el crecimiento inclusivo y ayuden a los países a mantener la sostenibilidad fiscal”, explicó el informe.