La intención es aprovechar el golpe de efecto de la colocación de hace dos semanas para sumar reservas. También se esperan dólares de provincias y de la cosecha gruesa
Envalentonado por la emisión de u$s 1416 millones de Bonar 2024 del 22 de abril, el Ministerio de Economía analiza efectuar una nueva colocación de deuda en divisas. El objetivo es el mismo: fortalecer las reservas del Banco Central para pagar la amortización del Boden 2015 en octubre, liberar pagos para importaciones que dinamicen la actividad interna durante la carrera electoral. Así lo supo El Cronista de dos fuentes oficiales al tanto de las gestiones.
«Lo importante es que hay acceso al mercado, no se descarta otra emisión de la República», afirmó una importante fuente oficial. La intención, agregó otra fuente, es aprovechar el golpe de efecto de la colocación de hace dos semanas, cuando Economía buscó u$s 500 millones y se u$s 1415,9 millones, con nueve de cada diez dólares provenientes del exterior.
La cartera de Axel Kicillof maneja dos escenarios: emitir más Bonar 24 o un nuevo título.
El Gobierno amplió la emisión de Bonar 24 (bono con el que se pagó a Repsol) a u$s 3000 millones en diciembre, cuando lanzó el fallido canje por bonos Bonden 2015. De ese monto, colocó u$s 2079 millones: u$s 663 millones a fin de 2014 (canje y la nueva deuda) y los recientes u$s 1416 millones. Quedarían menos de u$s 1000 millones disponibles, aunque se podría volver a ampliar la emisión.
La colocación de un nuevo título es más complicada: requeriría de cierta presentación en el mercado, con reuniones con inversores aquí y en las principales plazas financieras, e impediría una colocación relámpago para evitar el accionar de los fondos buitre, tal como ocurrió el pasado 22 de abril.
Según la visión oficial, las emisiones de la Nación e YPF, que dos días después capturó u$s 1500 millones, deberían haber abierto el camino a las provincias. La cartera que conduce Axel Kicillof impulsa que las administraciones provinciales salgan a buscar dólares. Existen sondeos de cuatro distritos, pero por ahora sólo Buenos Aires tiene un pie en el mercado. La administración de Daniel Scioli buscará de un momento a otro al menos u$s 500 millones, o algo menos de la mitad de los u$s 1100 millones que debe saldar en octubre por el Bono Buenos Aires 2015 (BP15).
Por eso tomó fuerza la idea de la nueva colocación. Otra vez, irá atada a una obra de infraestructura, con el argumento de que deben pagarse parte de los insumos en dólares. Con el Bonar 24 cotizando sobre la par, Argentina pagaría un interés similar al 8,9% (el doble de lo que paga Brasil a 10 años) de hace quince días o algo inferior a ese monto. El Bonar 24 pagará u$s 204 millones de intereses hoy.
Al respecto, voceros del Ministerio de Economía afirmaron que «no hay ninguna decisión tomada», pero que «se comprobó que hay apetito por los bonos argentinos». «Se tomó más deuda de la que se salió a buscar, y la posibilidad (de volver al mercado) está igual de latente que antes» de la emisión del pasado 22 de abril.
Las nuevas emisiones de deuda, tanto de Nación y de Buenos Aires, servirán para dinamizar la economía, entienden en el Gobierno.
Dólar a dólar
El Banco Central considera que los casi u$s 3000 millones captados a través del Tesoro e YPF hace quince días despejaron definitivamente los escenarios de devaluación y de default del Boden 2015, que el 3 de octubre insumirá unos u$s 6000 millones de reservas.
La entidad que preside Alejandro Vanoli espera que la cosecha gruesa aporte unos u$s 14000 millones hasta agosto inclusive. Con esos ingresos, las emisiones de deuda y la ventanilla china (quedan poco más de u$s 6000 millones del swap), el BCRA se garantiza el flujo de divisas para ahorristas y liberará más para importaciones.
En despachos oficiales destacaron que los pagos de importaciones aumentan cada mes. En febrero insumieron u$s 3200 millones; en marzo, u$s 4000 millones y el mes pasado, u$s 4600 millones. Este mes, prometen, en el Gobierno, se liberarán más divisas para la importación de bienes de capital, insumos y consumo a aquellos sectores sin cupos específicos, como el automotriz y las ensambladoras de Tierra del Fuego.