La desaceleración de la inflación, combinada con los aumentos salariales y de los planes sociales, hará crecer las ventas.
A cuatro meses de las elecciones, el Gobierno pone todas las fichas en que la reactivación del consumo amplíe las chances de Daniel Scioli de quedarse con la presidencia. Con la economía estancada y la producción en retroceso, se volcarán sobre el mercado $175.000 millones de aquí a octubre para sostener en alto la bandera del consumo. Para los analistas, esta jugada ayudará a que las ventas minoristas repunten, pero no alcanzará para que se produzca un boom que tenga correlato en la reactivación de la economía real.
Desde la consultora Finsoport, Jorge Todesca estima que la combinación de las paritarias, más el aumento de la Asignación Universal por Hijo y el incremento de las jubilaciones que llegará a los bolsillos días antes de los comicios, tendrá un efecto agregado sobre el consumo que podría ascender a $175.000 millones, lo que representa un 9% adicional respecto de los niveles base de consumo para el segundo semestre del año. Sin embargo, Todesca advierte que no puede descartarse que una porción de esa masa de dinero sea destinada al ahorro y que, incluso, se vuelque al atesoramiento a través de la compra de dólares.
La expectativa de que a partir de julio haya un punto de inflexión en el consumo, que hasta ahora dio algunos atisbos tímidos de repunte, se centra no sólo en el efecto de las paritarias y los aumentos de los planes sociales. También incide el hecho de que la inflación se desa-celeró respecto del año pasado, lo que da margen para que esta vez, a diferencia de los que pasó en 2014, se produzca en algunos sectores una recuperación del poder adquisitivo.
Según el análisis de la consultora Kantar Worldpanel, “la disminución del consumo llegó a su piso en el primer trimestre del año, donde se vio una desaceleración de precios en comparación con el año pasado”.
Una de cada tres categorías de consumo masivo que decrecían en 2014 vuelve a crecer en el primer trimestre. Entre ellas, desodorante, shampoo, leche líquida infantil, postres infantiles y cacao en polvo.
Para Daniel Vardé, socio líder de Consumo Masivo de Deloitte, el mercado va a depender de cómo se mueva el Estado. “El gobierno nacional le ha dado una fuerte prioridad al consumo y ha hecho mucho para mantenerlo lo más alto posible. En concreto, la combinación de paritarias, más las sumas fijas otorgadas en los acuerdos, más el impacto del medio aguinaldo que se va a cobrar en julio, más la posible quita del efecto del impuesto a las Ganancias para los sueldos más bajos, van a generar una mejora en el consumo en lo que queda del 2015 sin lugar a dudas”.
Vardé sostiene que para las clases bajas y medias bajas, todo el impacto del aumento nominal de los ingresos irá al consumo. “Ahí es donde el Gobierno apunta todos los esfuerzos”. A la vez, señala que las clases medias y medias altas estarán en una “encrucijada” dados los controles impuestos por el Banco Central y la AFIP para regular las operaciones del dólar ahorro. “Los más sofisticados irán a bonos y claramente los de mayor poder adquisitivo lo destinarán a ahorro y viajes”, resume Vardé.
La desaceleración de la inflación también juega en favor del consumo. Para la consultora Ecolatina, en 2014 la inflación culminó en 37,7%, con picos de 40% interanual. El año pasado, la aceleración inflacionaria fue liderada por los alimentos, que escalaron 42,5% en promedio. “En 2015, el aumento de precios parece estabilizarse por debajo del 30% anual y no esperamos que supere esa barrera en lo que resta del año. Más aún, el precio de los alimentos mostró un dinamismo inferior que se refleja en una la variación interanual en torno del 25%”, indican. Con las paritarias en torno al 30%, si este pronóstico de inflación se mantiene, el salario real tendría un saldo positivo que impactaría en el consumo.
Ecolatina apunta que el dólar se desliza lentamente, a una tasa promedio del 1% mensual, con el doble objetivo de acotar la inflación y garantizar la estabilidad cambiaria para fomentar el consumo interno. El Estudio Bein indica que el consumo también será impulsado por el financiamiento vinculado al plan Ahora 12 que impulsó el uso de la tarjetas de crédito, que se expanden al 43% anual.
Para captar más transacciones, las tarjetas incorporan otros servicios. En el caso de Visa, Extra Cash permite hacer extracciones de efectivo en los comercios al pagar con débito. “En los últimos meses, las extracciones con Extra Cash se incrementaron en un 80% y el volumen en pesos de las mismas se duplicó. El cupón promedio de extracción hoy es de 700 pesos”, informaron desde Visa.
“Las perspectivas de la demanda para los próximos meses son favorables”, apuntan desde el Estudio Bein y anticipan para el tercer trimestre un salto adicional en la construcción, la producción de electrodomésticos y de productos envasados. Con esta perspectiva optimista, mantienen un escenario de crecimiento para la economía del 1,5%, con inflación de 24% hasta noviembre, dólar a $9,70 y paritarias del 30%.
Los que avalan el repunte del consumo se apoyan en que el Indice de Confianza del Consumidor (ICC) que elabora el Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Di Tella subió 30,9% en junio respecto del año pasado. El economista Guido Sandleris matiza este dato al puntualizar que “después de haber subido durante varios meses, esta es la primera vez que el índice no crece respecto del mes previo. El repunte interanual tiene que ver con la muy baja base de comparación. Después de la corrida cambiaria de enero de 2014, la confianza tocó mínimos históricos. Por eso hay que ser cuidadosos al analizar este repunte”.
Sandleris destaca que otro elemento a tener en cuenta es la inminencia de las elecciones. “Hay cierto optimismo en los consumidores, tanto por parte de los que critican a este gobierno y tienen expectativa de que haya un cambio, como por parte de los que lo apoyan y quieren que haya continuidad. La economía está estancada en un nivel de consumo alto y el Gobierno lo está fomentando, aunque esto no sea sostenible a mediano plazo. Pero a la vez, ante las elecciones tiende a surgir cierta cautela en los consumidores. Por eso soy bastante escéptico respecto a que haya un boom de consumo”.