Llegó a descender hasta $ 13,80, para cerrar $13,94 y quedar $ 13,99 para hoy. El blue está presionado por el liqui, que tiene una lista de espera por $ 300 millones
«Achicar el bulto». Esta es la expresión que usan los cambistas, que no quieren billetes que no sean de $ 100 porque, justamente, hacen mucho bulto. Por eso, los billetes chicos se pagan menos, tanto en su versión en pesos como en dólares, y terminan encareciendo la operación. El de 500 euros es el más caro de todos, ya que se cobra un diferencial porque «achica mucho el bulto». Esto lo aclaran los arbolitos de Florida, donde ayer el billete pasó otra vez la barrera de los $ 14 para las transacciones de menos de u$s 1.000 que se llevan a cabo adentro de los kioskos de diarios y revistas de la peatonal porteña.
En las mesas, en cambio, a nivel mayorista, por la mañana «el bille» cayó hasta $ 13,80 gracias al rechazo de la Corte para declarar ilegal al liqui que pedía la Procelac. Aunque a ese precio señalan que «se llevaron todo», entonces terminó cerrando $ 13,94 y quedó $ 13,99 en el post cierre para hoy.
«Fue una jornada donde se negoció muy poco, porque había un rumor de que a la una y media del mediodía iban a salir a hacer inspecciones, pero finalmente no ocurrió nada relevante», sostuvieron.
Los corretas (mayoristas del segmento informal) pronostican que la semana terminará con un billete en torno a los $ 14, sin grandes cambios, que podrían llegar la semana que viene, cuando se esperan compras fuertes de parte de grandes productores. Uno de los datos que miran en la City es el valor teórico del dólar, que ya llegó a $ 15. El otro factor es la presión del contado con liqui, que es una suerte de hermano mayor del blue, que quedó en $ 13,31 sin comisiones, que son de alrededor del 2% de acuerdo al volumen: el paquete completo para giro al exterior oscila entre $ 13,55 y $ 13,60. Este blue chip es utilizado por multinacionales para pagar deudas financieras a sus casas matrices, ya que el BCRA no les otorga los dólares suficientes para poder importar. De todas formas, el propio BCRA vende bonos en la bolsa para bajar la cotización implícita del liqui que surge de ese negocio.
Control furioso y vigilancia
Según cuentan en las mesas, ayer hubo un control furioso y vigilancia plena en el Boden 15 como nunca, ya que es el título de giro por excelencia al estar tan cerca del pago. Por eso la TIR es de 8% en el exterior faltando tres meses y medio para el cobro, cuando debería estar en 2%.
«Mucha oferta local hay en el exterior de empresas argentinas en esa plaza, y la CNV se dio cuenta. La demanda afuera está concentrada en Boden porque tiene un rendimiento similar al Bonar 24, pero vence el 3 de octubre de este año», revelan los agentes. En rigor, el volumen del Boden, que era de $ 200 millones diarios, ayer cayó a $ 97,5 millones. Desde hace un año y medio venía siendo el papel con mayor volumen en el mercado, mientras ayer quedó detrás del Bonar 17 (negoció $ 177,5 millones) y del Bonar 24, que negoció $ 159,3 millones. Lo que pasa es que el RO15D ya está muy sobrevaluado. Dentro de la CNV están monitoreando todo: cada operación que se realiza mayor a $ 100.000 entra en el «watch». Además, dejaron trascender a las mesas que monitorearían todo con mayor rigurosidad que semanas atrás, entonces se pateó todo devuelta. En total, calculan que hay una lista de espera por $ 300 millones para hacer CCL. La mayor parte es de Boden, donde hay postergados $ 260 millones, o sea u$s 19,5 millones. Pero el sistema hoy funciona con miedo, a tal punto que algunas sociedades se autoimpusieron un límite diario, entonces para los clientes que quieren operar arman una lista de espera. Se iban postergando de a 1 millón de nominales, luego 2,5 millones y ayer fueron 6 millones de nominales que se pasaron a lista de espera, lo que equivale a $ 50 millones. Mientras, el agente 250 (BCRA) marca precio a la baja con testimoniales de 5.000 bonos.