El anuncio será inminente. Quedan 20 días para sembrar el cereal y se anticipa una mala producción. Definen si habrá medidas para otras economías regionales
El Gobierno alista nuevas medidas para pequeños y medianos productores de trigo, que representarían una baja en las retenciones de entre cinco y diez puntos porcentuales, supo El Cronista de fuentes oficiales.
En principio, las medidas alcanzarán al trigo, aunque podrían extenderse a productos de otras economías regionales en crisis. También se estudian paliativos que reduzcan costos de fletes y otorgar créditos blandos del Banco Nación.
En el Ejecutivo trabajan con dos alternativas. La primera es una nueva devolución de retenciones vía subsidios para los productores pequeños (resta definir cómo será el corte). La segunda, un recorte efectivo en las retenciones, hoy en 23%.
El ministro de Economía, Axel Kicillof, prefiere la segmentación. Eso ocurrió a mediados de marzo, cuando se implementaron devoluciones a pequeños productores de soja, girasol, trigo y maíz por $ 4500 mensuales promedio, y subsidios a tamberos.
El anuncio del nuevo paquete de medidas será inminente, ya que el 31 de julio termina la «ventana ideal» para sembrar trigo. La cosecha, auguran en el sector, será una de las peores de las últimas décadas. Un cuarto de la producción proviene del sudeste bonaerense y allí se espera una reducción de 15%, pero con una merma potencial de 35%, en el área sembrada y menos tecnología aplicada.
A eso se suman las razones políticas: el sector rural prepara una protesta para el viernes 17 y el jueves 23 comienza la Exposición Rural en Palermo. El último anuncio similar, el 16 de marzo, desactivó la participación de Federación Agraria (FAA) en una protesta sectorial, planteada por las otras 3 entidades cuando se cumplían 7 años de las retenciones móviles.
Ese día, la presidenta Cristina Fernández anunció la creación del Programa de Estímulo a Pequeños Productores de Granos, un fondo de $ 2500 millones (o el 5% de lo que se esperaba recaudar por retenciones en marzo) a repartir entre universo de 46.000 productores de hasta 700 toneladas en el año, lo que arrojaba un promedio por productor de $ 4500 mensuales. También se implementaron subsidios a tamberos con una producción de hasta 2900 litros diarios de leche, de treinta centavos por litro.
El Programa fue apoyado por la FAA, que reclamaba medidas segmentadas. Pero, en la práctica, no movió el amperímetro. En el sector niegan que esos fondos hayan llevado un alivio real a los productores. Tal es así que la FAA envió ayer un comunicado en el que informó que su presidente, Omar Príncipe, y otros dirigentes participaron de asambleas en el interior.
«Viene un cambio de gobierno y es clave poder instalar reclamos pendientes», dijo Príncipe. «Lo que estamos exigiendo son políticas que sirvan para sostener a miles de agricultores, que van camino a la desaparición», agregó.
Príncipe afirmó que «al Gobierno actual le hemos pedido en la última audiencia que tuvimos hace unos veinte días que se profundice la segmentación, que genere alguna alternativa para los productores lejos de los puertos, que permita recuperar perspectivas al trigo y la lechería, que modifique los mínimos no imponibles de Ganancias, que haya una nueva ley de arrendamientos para frenar la concentración productiva, que el Banco Nación vuelva a ser una herramienta de fomento. Es decir, estamos reclamando muchísimas cosas».
Los representantes del agro también piden liberar exportaciones y estiman que todavía queda 30% del trigo viejo sin vender.
Fuentes oficiales afirmaron que Kicillof y Príncipe se reunieron de nuevo el viernes pasado y que las conversaciones telefónicas son permanentes, aunque el presidente de FAA negó el encuentro.
El secretario de Comercio, Augusto Costa, hace un seguimiento de los programas de estímulo. Según los datos de Economía, de los 46.000 productores relevados por el Gobierno, sólo la mitad pidió el subsidio anunciado a mediados de marzo, que son retroactivos y se depositan los días 15 de cada mes.