Los importadores y las empresas aprovechan para comprar a un valor que consideran atrasado y el BCRA se ve obligado a vender.
Al cierre del mercado una operación final del dólar MEP marcó un precio no representativo que casi lo igualó con el contado con liquidación, pero la diferencia final fue de 50 centavos lo que marca un costo muy bajo para el dólar cable. Esa brecha de 50 centavos es el costo de colocar los dólares en una cuenta del exterior.
Durante todo el día, el contado con liquidación estuvo 20 centavos más caro que el MEP y cuando cerraron las operaciones la diferencia se había estirado a 60 centavos, aunque algunos lo consiguieron a 0,40. Lo que hay que observar con atención son las cotizaciones del contado inmediato que es donde se hacen todos estos negocios. En 24 y 48 horas, el mercado pierde liquidez.
A este nivel el dólar es barato y están regalando el canje del dólar MEP por cable, es decir que fugar dinero al exterior no tiene casi costo adicional, cuando en los momentos de mayor incertidumbre la brecha estuvo entre 8 y 10%.
El acercamiento de la brecha entre los dólares financieros se hizo en medio de una suba del dólar MEP de $ 1,12, a $ 197,92 y un alza de $ 2,83 para el contado con liquidación a $ 198,20.
El final de la rueda mostró un reacomodamiento más real de los dólares que rigen la economía. La suba fue importante, pero lo más importante es que aumentó el cable, el costo de girar dólares al exterior. Fue un aumento mínimo, pero sirve para normalizar una plaza totalmente alterada por la falta de aprobación del acuerdo con el FMI y por los problemas inflacionarios. El dólar “blue” a su vez bajó 50 centavos a $ 202, después de operar a $ 203.
Pero los daños colaterales siguen adelante. El Gobierno en su intento de controlar los precios, subiendo retenciones y armando fideicomisos para subsidiar artículos de la canasta familiar, está pagando el costo con divisas que necesitará en el futuro cercano para cumplir el acuerdo con el FMI en cuanto al volumen de reservas de libre disponibilidad.
En la plaza mayorista, donde el dólar subió 27 centavos a $ 109,27, con un ajuste exageradamente inferior a la inflación que se espera, el Central terminó vendiendo USD 49 millones. En tres días en esta plaza perdió USD 97 millones por la demanda de importadores y de empresas para pagar deudas al exterior. Todos quieren aprovechar este dólar atrasado y barato. Por eso, las reservas perdieron USD 5 millones y quedaron en USD 37.018 millones. La suba del oro salvó al Central de una caída mayor.
Los bonos de la deuda siguen sin afirmarse, pero la causa se originó en Estados Unidos y afectó a todos los países emergentes, porque la caída de los Bonos del Tesoro norteamericano hizo que su tasa de retorno subiera a 2,315%, (+7,77%) a los niveles de marzo de 2019. Por supuesto, aumentó la brecha con los títulos locales y el riesgo país sumó 5 unidades a 1,791 puntos básicos. El ETF de países emergentes (EEM) perdió 0,75%.
Las acciones tuvieron una buena rueda. Los negocios crecieron a $ 1.509 millones y el índice de las líderes, el S&P Merval, subió 1,10%, pero en dólares perdió 0,10% por el aumento de la divisa en el mercado financiero. De todas maneras, las acciones líderes ganan 8,5% en dólares en lo que va del año y 3,7% en marzo.
La fuerte subas del petróleo de más de 7% que llevó al barril de crudo por encima de los USD 112, favorecieron a las acciones relacionadas con el hidrocarburo. YPF lideró las alzas con 5,13%, seguido por Pampa Energía con 3,26% y Cresud con 2,85%.
Los ADR’s -certificados de tenencias de acciones y ETF’s que cotizan en las Bolsas de Nueva York- operaron un volumen escaso de $ 2.623 millones. Tenaris (+4,84%), YPF (+4,34%) y Ternium (+3,14%) fueron los grandes ganadores. Los tres certificados están relacionados con la industria petrolera.
Para hoy se espera la reacción y normalización de las brechas entre los dólares financieros. La publicación del aumento del déficit fiscal de febrero, mes en el que no hubo guerra, es un dato que preocupa porque los subsidios aumentaron 90%. Las jubilaciones fueron la contracara porque crecieron 60,5% por debajo de la inflación interanual. El crecimiento de los gastos aumentó 60,5% y los gastos crecieron 70%.
A pesar de esos números, que pueden empeorar tras la invasión de Rusia a Ucrania, el Gobierno sigue apelando a los subsidios para controlar precios. Los mercados responden llevándose dólares oficiales. Este alimento diario que hace el Banco Central al mercado mayorista es insostenible y se reflejará en las próximas ruedas de la plaza financiera.