El tipo de cambio real para los importadores a partir de la próxima semana se ubicará en el mismo nivel de abril de 2018, antes de las corridas cambiarias de ese año. La presión sobre las reservas
El mercado respondió con subas a la confirmación por parte del ministro de Economía, Luis Caputo, respecto de la reducción de 10 puntos del impuesto PAIS a partir del lunes. Aunque se descuenta una mayor presión sobre la demanda de dólares dado el “abaratamiento” de las importaciones, muchas de las cuales quedaron en espera el mes pasado precisamente para aprovechar la baja impositiva, los inversores parecieron ayer privilegiar la señal de salida del cepo antes que el impacto que la medida pueda tener sobre las reservas.
Esto a pesar de que el nuevo calendario de acceso por parte de los importadores al mercado oficial, si bien es también flexibilización del cepo a la que el mercado le dio la bienvenida, sumará otra dosis de presión sobre las cuentas del Banco Central.
Eso pasó a segundo plano al menos en la jornada de ayer, tal vez dado el buen volumen de compras del Central en la jornada, que retuvo USD 154 millones, la mayor compra diaria en tres meses. lo que estuvo acompañado de una baja de los dólares financieros, del billete informal y también del riesgo país, otra vez por debajo de los 1.500 puntos. Como complemento, las acciones se mantuvieron estables mientras que los bonos en dólares operaron positivos durante toda la jornada con subas de 2% en promedio.
Esa primera reacción, sin embargo, no despeja por completo las “contraindicaciones” de no sólo de la reducción del impuesto sino del set de políticas cambiarias que preocupa a muchos analistas del mercado.
Puntualmente, la reducción del gravamen sobre el dólar para importar actualiza un debate que parecía saldado a fuerza de la contundente decisión oficial de no devaluar. Es decir que en las últimas horas volvió con fuerza la discusión respecto del atraso cambiario.
“Con la baja del impuesto PAIS el tipo de cambio real multilateral para las importaciones de bienes y servicios beneficiadas caerá a la zona de 94 puntos” destacaron en la consultora financiera Aurum Valores, lo que significa que en términos reales, el dólar se ubicará en un nivel apenas por encima del que tenía en 2018, justo antes de que se iniciara la seguidilla de corridas cambiarias de ese año (y el siguiente). Claro que se trata del tipo de cambio para los importadores mientras que no se profundiza el atraso para los exportadores sino que, indirectamente, también recibirán algún beneficio por el menor costo para importar insumos.
“El tipo de cambio real sin impuesto PAIS por el crawl del 2% y por el diferencial entre la inflación doméstica y la internacional seguirá cayendo y se ubicará en niveles similares a los de 1997 en plena convertibilidad. Desde ese entonces la productividad de la economía argentina según un cálculo de (el economista) Iván Baumann Fonay cayó el 23%”, agregaron desde Aurum.
En lo inmediato, el principal efecto colateral será el aumento de la demanda de dólares oficiales. A un tipo de cambio oficial más competitivo, dado que el recorte del impuesto amplía la brecha cambiaria, la alternativa de operar en el mercado de contado con liquidación se vuelve más costosa que antes, lo que induciría a muchos importadores a migrar, con el incentivo adicional de la reducción de los plazos de acceso, lo que también reduce el costo financiero.
De esa manera, el volumen de pagos por importaciones podría más que duplicarse en septiembre respecto a agosto -cuando ese monto fue más bajo de lo habitual- según los cálculos de Consultatio, donde proyectan que sólo para el pago de importación de bienes, la demanda podría ascender a unos USD 7.500 millones. En el equipo económico, en tanto, si bien no descartan un repunte el mes próximo, confían en que no habrá “picos” excesivos. Claro que será el objetivo de acumular reservas netas el que se resentirá. Algo que el propio Gobierno dejó claro apenas puesto en marcha el plan de emisión cero: la prioridad es bajar la inflación. Con reservas, mucho mejor.