Las reservas caen casi 50% desde el pico máximo en 2011. Dos tercios del activo total del banco está explicado por bonos sin valor que entregó el Ejecutivo. La necesidad de billetes verdes es acuciante
Una de las marcas más palpables de la decadencia kirchnerista en el tramo final de su poder es sin dudas cómo dejan al Banco Central. Alguna vez se congratularon cuando las reservas llegaban a USD 50.000 millones. No fue tan lejos en el tiempo, tan sólo hace cuatro años. Pero la dinámica de la economía argentina y el autoproclamado «desendeudamiento» (en realidad pagar cash porque el país no tiene crédito para financiarse) pulverizaron las arcas de la autoridad monetaria. Cristina Kirchner deja un BCRA con escasas municiones, lleno de bonos sin valor, y un cepo cambiario que ahuyenta los pocos billetes verdes que podrían venir.
¿Qué deja el kirchnerismo? Por un lado, una fenomenal caída de reservas. Cierran el mandato con una caída del 50% desde el pico de USD 50.000 millones en 2011. No sólo el saldo «bruto» de las reservas terminan complicadas sino la composición de las mismas alentaron la visión de reservas «netas».
Según la consultora de Federico Muñoz & Asociados, del total de reservas «brutas» que publica el Central, unos USD 11.000 millones son yuanes depositados en una cuenta en Hong Kong de «dudosa disponibilidad» (al menos, en lo inmediato).
También se computan USD 8.700 millones de encajes de depósitos en dólares que, en rigor, no son del BCRA sino de los depositantes. Se incluyen finalmente USD 2.100 millones de pagos de deuda pública que no llegaron a los acreedores externos y están retenidos en el Banco Nación (o sea que tampoco son propiedad del BCRA).
En suma, calcula la consultora, las reservas netas de todos estos renglones totalizan mucho menos que los USD 25.700 millones que dice el BCRA tener. Si además se tiene en cuenta que hay unos USD 2.400 millones en oro, «concluiremos que las reservas líquidas disponibles son realmente exiguas».
«Ya sin la ayuda de las divisas provenientes del swap con China, las reservas internacionales empezaron a mostrar una tendencia preocupante», acota Econviews, la consultora de Miguel Kiguel.
Yendo directamente a la situación patrimonial del Central se detecta otro agujero negro. Contablemente el Central está virtualmente «quebrado» ya que sus activos son de dudosa valuación. ¿Cómo es esto?
Dicen en Empiria Consultores -la consultora de los ex BCRA Hernán Lacunza y Pedro Rabbassa- que en la actualidad, el Banco Central ha recibido letras intransferibles por casi USD 65.000 millones a cambio de reservas, a lo que se agregan los «adelantos transitorios» en pesos por el equivalente a casi 31.000 millones de dólares que entregó para cubrir el bache financiero del Tesoro.
«El vaciamiento del BCRA alcanza tal magnitud que esos activos sin valor real representan dos terceras partes de sus activos totales. Una gran parte de los problemas que se viven actualmente en el mercado de cambios se derivan de ese accionar», considera Empiria.
Las letras intransferibles son bonos que el gobierno le emitió al Central por haber usado dólares para pagar la deuda. El problema es que no cotizan, obviamente porque de hacerlo caería fuertemente el activo del Central (ellos lo contabilizan al 100% y en mercado valdría mucho menos). De hecho, le refinancian las Letras. Con lo cual, es el típico «pagadios» que utiliza el Estado con las dependencias a las que les debe dinero.