El Estado le reconoce al campo $ 5,24 por cada dólar que liquida, ya que al precio oficial de compra del Banco Nación de $ 8,06 hay que restarle el 35% de retenciones. De ahí se llega a un “dólar soja” de $ 5,24. Para volver a tener divisas de la manera más barata posible, los chacareros tienen que poner el doble de ese monto, y tienen los dólares en Nueva York, en la operatoria conocida como contado con liqui. Si quieren hacerse de divisas en el mercado local les cuesta algo más caro, ya que el dólar Bolsa cotiza a $ 11,04.
Pero en el mundo rural existe otro dólar Bolsa: el que se compra en el mercado negro a $ 12,15 y luego se lo entierra en el mismo campo donde viven y siembran. El lugar elegido, por lo general, es cerca del galpón, para tenerlo identificado y a mano para cuando haya que desenterrar para pagar deudas. La técnica que aplican es la del ladrillo: arman fajitos de u$s 10.000 y lo envuelven en papel de diario. Luego, le ponen encima una bolsa negra de consorcio bien atada y después otra bolsa arriba para que los billetes se mantengan secos y que no se filtre la humedad por las lluvias, así los verdes evitan mojarse.
“Algunos creyentes, una vez que tienen enterrada una gamba (u$s 100.000), hasta le tiran fertilizante a ver si en una de esas se reproducen”, bromea una fuente familiarizada con esta operatoria.
Según las cifras de la balanza de pagos, los activos de argentinos fuera del sistema financiero llegan a u$s 200.000 millones. Por lo que parece, unos cuantos de estos billetes están bajo tierra.