La rentabilidad de los depósitos quedó debajo del 6% mensual, aún lejos de una inflación de dos dígitos. Pero medida en dólares sigue siendo una apuesta ganadora debido a la sorprendente estabilidad cambiaria
Mientras que los dólares paralelos mantienen la debilidad de precios, al punto que ahora se pagan prácticamente al mismo precio que en diciembre, el plazo fijo asoma como una inversión ganadora y a la vez conservadora frente al billete verde, en esta tradicional puja entre las dos opciones más utilizadas por los pequeños ahorristas de la Argentina.
Una particularidad que se está dando en 2024 es que la tasa de interés en pesos no le está jugando a favor a los depósitos y, sin embargo, el dólar no sube. Por lo general, a una baja de las tasas –negativas en comparación a la inflación mensual de dos dígitos– le responde un salto alcista para los dólares libres, algo que este año no sucedió. Y cuando la tasa sube, se fortalecen los depósitos a plazo fijo y baja el dólar. No obstante, el dólar libre y las cotizaciones bursátiles cedieron terreno tras la baja de tasas.
Abril se perfila como el tercer mes consecutivo en el cual el plazo fijo le puede ganar al dólar. Basta señalar que el dólar libre es negociado a $1.005 para la venta, cinco pesos por debajo del cierre de febrero y 20 pesos menos que el 29 de diciembre, la última rueda operativa del año pasado.
Con la rebaja de la tasa de política monetaria implementada por el Banco Central el 12 de marzo, desde el 100% nominal anual al 80%, también cayeron los rendimientos de los plazos fijos, desde el 110% al 70% nominal anual. Esto significa para el ahorrista una tasa de interés mensual por su depósito a plazo fijo en torno al 6%, aún lejos de una inflación minorista en la zona del 10 por ciento.
En este sentido, el beneficio de dejar los pesos en el banco pasa por la ganancia medida en dólares, pues la inflación le está sacando ventaja a ambas opciones de ahorro. En 2024 la inflación acumulada ya alcanza el 50%, contra un 25% que rindió el plazo fijo tradicional, y un -2% que arrojó el dólar libre.
El plazo fijo ofrece desde el 12 de marzo una menor rentabilidad que los meses pasados producto de una liberación de tasas que, en estos momentos, tiene en promedio un rendimiento mensual del 5,75 por ciento.
Sucede que la autoridad monetaria suprimió la tasa mínima en los plazos fijos, con el objetivo de favorecer una “mayor competencia en el ámbito bancario y proporcionar a los consumidores condiciones más favorables para sus ahorros e inversiones”.
A lo largo de marzo, el dólar informal acumuló una merma de $20 o 1,9%, la segunda caída mensual consecutiva –había cedido $165 o 13,8% en febrero. Y la tendencia no parece que pueda revertirse en abril, un mes que se caracteriza por el fuerte ingreso de dólares a la economía con el inicio de la cosecha gruesa y un incremento del volumen de exportaciones.
Si un ahorrista decidió destinar 1 millón de pesos a la compra de dólares en el mercado libre en el inicio del año, se habrá alzado con USD 975,61. Pasados hoy a pesos son $980.488, menos que el monto original.
Quien hizo un plazo fijo tradicional, y atendiendo a la variación estimada de las tasas de retorno, habría transformado en tres meses el millón de pesos en $1.250.000 aproximadamente. Con este capital podría hoy comprar USD 1.243,78 en el mercado informal. Esto es una ganancia estimada de 27,5% en dólares en tres meses.
Sin embargo, medido por inflación, el beneficio del plazo fijo no fue tal, pues ante una inflación acumulada de 50% en el primer trimestre del año, los $1.250.000 de capital más intereses son, en términos reales, un 16,7% menos que el millón de pesos original que se tenía en el inicio de 2024.