En una jornada de corrección para las monedas de los países emergentes, el real brasileño se apreció ayer 1,4% a 3,808 luego de haber tocado mínimos históricos y perder 6,8% durante la semana pasada.
Las actuaciones del Banco Central de Brasil (BCB) también influyeron en la apreciación de la moneda, aunque la entidad monetaria que preside Alexandre Tombini dejó en claro que no está dispuesto a sacrificar reservas para sostener el valor de la moneda.
En concreto, el BCB ofertó ayer dos líneas de dólares por unos u$s 3.000 millones, provenientes de sus reservas internacionales, para vender moneda estadounidense en papeles que volverá a comprar en noviembre. El organismo no realizaba este tipo de intervención en el mercado desde diciembre del año pasado, cuando vendió u$s 2.000 millones de dólares.
«La intervención que hizo el Banco Central no fue en el nivel del tipo de cambio. En Brasil hay una tasa en dólares que se llama cupon cambial que el viernes subió muchísimo. Esto refleja el nerviosismo del mercado, indicando que hay demanda de divisas. La idea del organismo fue ofrecer líneas de dólares para tratar de contener el movimiento en esa tasa. Es decir, el BCB le da dólares al mercado con una fecha para recomprarlos; hay un impacto en las tasas pero no en el nivel de la moneda», explicó David Beker, economista para Brasil del Bank of America.
En este sentido, el economista sostiene que el gobierno de Dilma Rousseff no está dispuesto a usar reservas internacionales para intervenir en el mercado spot y sostener al real, puesto que el nivel de divisas que tiene el BCB es uno de los puntos fuertes de Brasil, incluso si se lo compara con sus países vecinos. «Para el gobierno brasileño, tener dólares es una especie de seguro», agregó Beker.
En la misma sintonía, el economista de Barclays, Bruno Rovai, considera que las intervenciones de la entidad monetaria tienen una «capacidad bastante limitada» para contener las presiones de depreciación de la moneda. «El real estuvo condicionado por la crisis política fiscal y no vemos por ahora ningún cambio en este frente», dijo Rovai.
La moneda brasileña se depreció este año más del 30%, superando el nivel de equilibrio que los economistas habían estimado, en torno a los 3,60 por dólar. Ahora, algunos bancos consideran que el real estará pasando la barrera de los 4,00 por dólar al menos en diciembre. En concreto, JP Morgan cambió sus proyecciones para la divisa durante la primera semana de septiembre y la ubica en 4,10 reales por dólar para fin de año.
Según un informe del banco, Brasil terminará el año con u$s 369.700 millones en reservas, lo que refleja una pérdida de apenas u$s 4,400 millones respecto al año pasado, lo que permitirá mantenerse con el mayor nivel de reservas en dólares de la región. Es importante tener en cuenta que a pesar de la intervención cambiaria que el BCB hizo en los últimos años, en la mayoría de los casos fue a través de instrumentos derivados y no en el mercado, manteniendo las reservas de casi intactas.