El Banco Central ahora realiza microdevaluaciones. Y mantiene altas las tasas de interés absorbiendo, además, cada vez más pesos del circulante.
El Banco Central dejó de lado el congelamiento del tipo de cambio y comenzó a realizar minidevaluaciones del peso, volviendo a la práctica de antes de la devaluación de enero. Puede ser válido para mantener actualizado el tipo de cambio, pero se corren varios riesgos.
Para aquellos que no sepan, la “tablita” remite a la política de José Alfredo Martínez de Hoz en la dictadura. En aquellos tiempos, Economía publicaba la devaluación del peso para todo el mes, día por día.
De esa manera, se podía especular tranquilamente con la divisa, aprovechar la tasa de interés y recomprar dólares sin temores a pérdidas inesperadas.
Ahora, la idea que circula en el ámbito oficial es recuperar el tipo de cambio real (la inflación de los últimos cuatro meses se “comió” más de la mitad de la devaluación de enero) a un ritmo aproximado del 2% mensual, algo así como la inflación esperada. Algo así como una “tablita” tácita.
Y esa previsibilidad es uno de los riesgos de la renacida política cambiaria del Central. Por ejemplo, ¿qué exportador va a liquidar divisas si sabe que en un mes obtendrá más dinero que ahora? Otra: qué importador postergará la compra de dólares si sabe que serán más caros?
Además, la suba del “billete” oficial impulsa el precio del blue, ya que hay gente que busca cubrirse por lo que pudiera suceder.
El otro riesgo implícito es reforzar el actual amesetamiento de las reservas. Sobre todo porque están menguando los ingresos por la exportación de soja.
Por eso, quizás, el Banco Central frenó la política de bajar la tasa en las licitaciones de Nobac y Lebac y absorbió $2.700 millones, compensando incluso los 570 millones que liberó la semana pasada. Se trata de colocaciones que reciben una tasa promedio del 27%, una carga que podría comenzar a pesar en poco tiempo en el balance del BCRA y que anticipa la posibilidad de otro regreso peligroso: el déficit cuasi fiscal, uno de los legados de Adolfo Diz, presidente del BCRA con Martínez de Hoz. La tercera pata de las coincidencias es la elevada tasa de interés, que está frenando el consumo y la producción. Sumando la alta inflación, la mesa de las coincidencias, con las diferencias del caso, está bien servida.
Fuente: http://www.ieco.clarin.com/economia/regreso-tablita_0_1140486279.html