Aunque ya pasaron 10 días desde la declaración de default (o bloqueo) a los pagos de la Argentina a los tenedores de bonos, los mercados siguen apostando a que el fenómeno tendrá corta duración y que, como en el teatro romano, algún deus ex machina intervendrá para cortar el nudo gordiano en que se ha transformado la disputa del país con los fondos buitre.
El dólar paralelo siguió estable por debajo de los 13 pesos, un nivel que ya había superado en enero. Los inversionistas siguen tomando posiciones en bonos y acciones argentinas, evitando un derrumbe en los precios. ¿Será la calma que precede a la tormenta? Todo depende de cuánto más se prolongue la pelea en el tribunal de Thomas Griesa, que por ahora no deja de escalar.
En cualquier caso, “la estabilidad cambiaria y el descenso de las tasas de interés de los últimos meses son tendencias que no podrán mantenerse en el escenario actual”, observa en su último informe la Fundación Mediterránea. Según la consultora Elypsis, el tipo de cambio real multilateral sigue apreciándose de cara a la inflación y ya ha perdido un 78% de la mejora obtenida con la devaluación de enero.
Para la UIA, el retraso cambiario está de regreso. Con este tipo de cambio “no se puede exportar ni un caramelo”, exageró el viernes Héctor Méndez, el presidente de la entidad.
Por las dudas, ya se está viendo al Banco Central acelerando algo la devaluación del peso. Según la FM, pronto podría comenzar a ser más agresivo en su política de esterilización de la emisión monetaria, con impacto alcista en la tasa de interés.
No son buenas noticias para una economía que cada semana está dando nuevas señales de enfriamiento. El martes pasado, por ejemplo, se informó que la producción automotriz cayó en julio un 31% interanual y las ventas a concesionarias, 33%. Por ahora no parece haber reacción a los planes de créditos blandos anunciados por las autoridades para estimular a la industria.
Las nuevas medidas anunciadas el jueves para preservar el empleo también son una incógnita. Pero quedó claro que las autoridades han decidido dotarse de políticas para la base de la pirámide salarial, en lugar de la cúpula, actuando sobre el mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias. Este impuesto lo paga apenas el 11% de los trabajadores, sostiene el Gobierno. Pero en gremios como el bancario, con unos 100.000 afiliados, lo sufre el 90%.
La política fiscal tiene también otras prioridades. Entre las más urgentes se incluye la situación financiera de las provincias, que este año deberán cubrir una brecha cercana al 1,5% del PBI, o 45.000 millones de pesos, según calcula la consultora Ecolatina. Entre la recesión, la pérdida de recursos propios y las dificultades para emitir deuda, varios distritos están en serios aprietos.
La salida exportadora, mientras tanto, se complica por la inflación y la reciente apreciación del peso. La semana pasada se abrió una oportunidad de exportación de alimentos a Rusia, que anunció que dejará de comprarlos en EE.UU. y la Unión Europea. Son más de 11.000 millones de dólares, principalmente en productos lácteos y carne de cerdo, que podrán aprovechar mejor Brasil o Uruguay.
Fuente: http://www.ieco.clarin.com/economia/retraso-cambiario-vuelve-escena_0_1190881185.html