Desde el canje de bonos con los acreedores privados, en agosto de 2020, el índice elaborado por JP Morgan saltó un 138%. En medio del ruido político y económico por el recambio ministerial, se disparó un 9,4% y es uno de los más altos del mundo, a excepción de Venezuela.
El desplome de bonos y acciones en la bolsa de Nueva York empujaron el riesgo país argentino a un nuevo récord nominal de 2.596 puntos, el más alto desde el último canje de deuda llevado a cabo por el ex ministro de Economía Martín Guzmán. Posteriormente, cerró en un valor de 2.574 unidades.
El índice elaborado por el banco JP Morgan se disparó hoy un 9,4% y trepó un 138% desde el canje de la deuda con acreedores privados, cerrado por el ex ministro de Economía Martín Guzmán en septiembre de 2020, cuando se ubicó en los 1.495 puntos. De esta manera el índice local se posiciona como el más alto de la región, a excepción de Venezuela.
El salto del riesgo país obedece al desplome de las cotizaciones de los bonos Globales -en dólares con ley extranjera- emitidos con el canje y que son los que se operan en el exterior. En la renta fija, la tasa interna de retorno del bono evoluciona en sentido inverso a los precios, por eso, a cotizaciones más bajas, es más alta la tasa y, por ende, el riesgo país.
Cabe recordar que este índice es una de las variables que más alertas despierta tanto en el sector privado como en el público. En concreto, el índice impacta en las capacidades de financiamiento de un país y también, por supuesto, de sus empresas.
El riesgo país que arma el banco JP Morgan funciona como un punto de referencia a la hora de medir el rendimiento total de los bonos gubernamentales internacionales emitidos por países emergentes.
Usando el EMBI o Emerging Bonds Market Index, tal el nombre oficial del indicador, los operadores e inversores globales tienen una referencia a partir de la cual exigir cierto nivel de retorno a los bonos soberanos que se emiten en moneda extranjera, normalmente en dólares o euros.
El primer impacto de las subas y bajas del índice vienen del lado del financiamiento: con un riesgo país más alto, más difícil es conseguir fondos para un país. Si bien los expertos afirman que en términos absolutos el mercado de crédito nunca se cierra del todo, el costo de hacerlo puede ser tal que un gobierno prefiera no asumir una obligación tan costosa como pagar elevadas tasas de dos dígitos en dólares.
En este marco, los bonos en dólares llegan a pagarse en precios apenas superiores a USD 20 por lámina de USD 100, caída que borró por completo el efecto de la reestructuración de deuda de 2020. Y el rendimiento de esos bonos supera en algunos casos el 40% en dólares, asimilable a situaciones de default. No obstante ese rendimiento tan elevado, el mercado los rechaza justamente por el riesgo de incumplimiento.
En tanto, en la rueda de hoy los bonos soberanos en dólares registraron caídas significativas que llegaron a un rango de entre el 12% y el 14% para los Globales, a pesar de que los precios ya estaban muy bajos. Este comportamiento del mercado se da luego de la sorpresiva renuncia del Martín Guzmán el fin de semana al Ministerio de Economía y su reemplazo por la flamante ministra Silvina Batakis.
Las acciones y ADR argentinos operados en Wall Street finalizaron con caídas de hasta 7,6%, encabezadas por Pampa Energía. Cresud restó 7,4% y Tenaris, un 7 por ciento.
Mientras tanto, el Banco Central continuó en la jornada de hoy interviniendo con la compra de bonos en pesos ante la salida de inversores privados que habían invertido en esos títulos. En ese sentido, el Cuasipar subió 8,5%; el Discount, un 4%, y el TX26, un 1,8 por ciento.
En este contexto, la deuda pública de Argentina registra paridades en mínimos históricos ante la incertidumbre política y económica, en un escenario con precios récord para las cotizaciones del dólar alternativas al oficial.