Los títulos Globales del canje restan 0,5% en Wall Street y acumulan una pérdida de 11% en septiembre, en sus cotizaciones más bajas en cuatro meses. Los motivos
Los activos bursátiles de la Argentina recortan precios este lunes, otra vez sumidos en una tendencia de debilidad que tiene diversos fundamentos en el corto plazo. Los más golpeados son los bonos en dólares, que registran un recorrido muy volátil desde su salida a cotización hace tres años, en sintonía con el pobre desempeño de la economía argentina.
Los bonos reestructurados anotan la séptima rueda en rojo consecutiva y el riesgo país vuelve a pasar los 2.400 puntos básicos, en un máximo desde el 5 de junio. El indicador de JP Morgan crecía en 51 enteros para la Argentina, en los 2.410 puntos a las 12:30 horas.
Los bonos Globales del canje, emitidos en dólares con ley extranjera, son la referencia de la deuda soberana de la Argentina en el exterior. Este lunes ceden 0,5% en promedio y acumulan en lo que va de septiembre un descenso del 11% en promedio. En torno a los USD 29, regresaron a sus valores más bajos en cuatro meses.
¿Por qué caen los bonos soberanos?
1) Incertidumbre política. Argentina contará con un nuevo gobierno a partir del 10 de diciembre y las políticas que se aplicarán son toda una incógnita, así como el posible candidato ganador, dada la paridad de un escenario de “tercios”. Dado el abultado rojo fiscal, el futuro de la deuda soberana corre riesgo de incumplimiento, reperfilamiento o reestructuración. Esta percepción se plasma en los precios de mercado: hoy los bonos en dólares valen 42% menos que en el momento en el que salieron a cotizar el 10 de septiembre de 2020.
“Los desbalances de la economía crecen y seguirán haciéndolo. Más pesos, menos dólares y un BCRA quebrado en un contexto de incertidumbre política tensionarán el panorama cambiario e inflacionario durante los próximos meses”, puntualizaron desde Invecq Consultora Económica.
2) Un Gobierno sin dólares. El pago de la deuda depende de la capacidad de ahorro en divisas que pueda exhibir el Gobierno. En este aspecto, a pesar de las compras de divisas que efectúa el Banco Central en el mercado mayorista, las reservas no dejaron de caer en el último mes, pues la entidad monetaria revende esos dólares en la Bolsa, para aguantar la cotización del dólar MEP por debajo de los 700 pesos hasta las elecciones.
“Una curiosidad es que, desde la devaluación llevada a cabo el 14 de agosto, el BCRA lleva 29 ruedas consecutivas con compras netas, tratándose así de la racha más larga en lo que va de la gestión actual. Durante este período acumuló compras por USD 1.600 millones. Esta dinámica positiva se explicó en un primer momento por el endurecimiento del cepo, y luego por la introducción del dólar soja”, detallaron los analistas de GMA Capital.
No obstante, las reservas desde el 24 de agosto prácticamente no subieron. ¿Cómo se explica esto? “Una gran parte responde a la intervención en los mercados de tipo de cambio. De hecho, mientras que las compras netas de divisas en el MULC desde ese período sumaron USD 812 millones, la intervención en el mercado cambiario se habría llevado cerca de USD 600 millones. Vale recordar que, en las jornadas previas a las PASO, el sacrificio del BCRA para contener al MEP y ‘contado con liquidación’ era de USD 100 millones diarios. Y probablemente esta dinámica se intensifique cerca de las elecciones generales”, explicaron desde GMA Capital.
3) Se amplía el rojo comercial. El ingreso de divisas a la economía se volvió negativo en materia de intercambio comercial y es otro de los factores que restan divisas que podrían estar disponibles en el mercado para un eventual repago de la deuda en el futuro. También se observó que a pesar de la fuerte devaluación del tipo de cambio oficial el 14 de agosto, el saldo comercial no se recuperó y la competitividad cambiaria obtenida por el salto del dólar se consumió muy rápido por el recalentamiento de la inflación.
“Agosto volvió a registrar un elevado déficit comercial (USD 1.011 millones), explicado por el sostenimiento de un alto nivel de importaciones devengadas (USD 6.865 millones, -12,4% interanual) y exportaciones que continuaron afectadas por la sequía (USD 5.854 millones, -22,4% ineranual)”, subrayaron desde Anker Latinoamérica.
“Dado el endurecimiento en las restricciones en el acceso a divisas para pago de importaciones a partir de la última semana de julio, estimamos que se produjo un nuevo aumento en la deuda comercial durante el mes, algo que podremos verificar el viernes 29 cuando el BCRA publique la información del mercado cambiario correspondiente al mes de agosto. Hasta julio, estimamos un aumento en la deuda comercial por importaciones en torno a los USD 16.000 millones desde fines de 2021 (desde USD 22.000 millones a un estimado de USD 38.000 millones)”, agregaron.
Los analistas de Invecq enfatizaron que “pese al estancamiento estructural, dicha performance también se explica por el desmanejo cambiario de la actual administración: las crecientes restricciones y el importante atraso del tipo de cambio oficial se tradujeron en una elevada y constante brecha, situación que ha incentivado a los exportadores a atrasar sus ventas y a los a adelantar sus compras”.
“El déficit del año podría ser más elevado que el de USD 3.400 M proyectado. Todo dependerá de cuánto el gobierno decida apretar las restricciones no sólo en materia de pagos de importación, sino también de restricciones a los flujos de devengado, en un contexto de fuertes presiones cambiarias”, indicó la consultora Abeceb.
4) Aumenta el déficit fiscal. Las últimas medidas de expansión fiscal -como la devolución del IVA- y reducción de impuestos -por ejemplo Ganancias o exención de retenciones- acrecientan la insolvencia del Estado nacional, aquejado por un profundo déficit, y por lo tanto complican la posibilidad de honrar los vencimientos de la deuda. Como es lógico, esto impacta de lleno en los precios de los bonos.
“Pese a la mejora en el margen de las cuentas públicas, vale recordar que gran porcentaje del déficit se concentra en la última parte del año. De hecho, si consideramos la evolución en los últimos seis años, podemos notar que la mitad del rojo fiscal del año se agrupó en los primeros ocho meses del año, mientras que la mitad restante se acumuló en el último tercio de año. Por eso, si bien en lo que va del año apenas alcanza 1,3% del PIB, no debería sorprendernos si hacia finales de año la cifra ascendiera más cerca de 3%, muy lejos de la meta de 1,9% que pide el Fondo”, consideró GMA Capital.
“Esperamos en los próximos meses un deterioro en el resultado fiscal, a medida que comiencen a impactar las medidas de baja de impuestos y aumento de gastos anunciadas, y la elevada estacionalidad del gasto en el último bimestre del año. En este sentido, el dato de agosto se encuentra en línea con nuestra proyección de un déficit primario para el año en torno a 3/3,2% del PIB”, comentaron los expertos de Anker Latinoamérica.
5) Tendencia externa. Los indicadores de Wall Street no pueden revertir un sesgo negativo, en reacción a las señales llegadas desde la Reserva Federal (Fed), que el miércoles de la semana pasada no descartó nuevas subas en las tasas de interés en los EEUU, aunque no en lo inmediato. El Dow Jones de Industriales, por debajo de los 34.000 puntos, cae este lunes por quinto día seguido. En ese sentido, la tasa de retorno de los bonos del Tesoro de los EEUU, un refugio ante el descenso de las acciones, se sostiene en un alto rango de 4,5% anual para los Treasuries a 10 años, el más alto desde octubre de 2007. Esta mayor rentabilidad afecta a los bonos de países emergentes, que pierden el interés de los inversores ante la competencia de los bonos norteamericanos.