El dato del Indec se difundió mientras Marcos Peña participaba en el Coloquio y reavivó debates. Los privados insisten con que hay que bajar el gasto
Era el dato que todos esperaban, con tranquilidad pero con ansiedad, estaban pendientes del reporte del Indec sobre la la inflación de septiembre. Y el número sorprendió. Diez antes de las elecciones se supo que el IPC del noveno mes de 2017 conoció alcanzó al 1,9%, lo que significó que en los primeros nueve meses del año acumule un alza de 17,6% y rompe el techo de la meta nunca corregida del Banco Central (BCRA), fijada en 17% para todo el año.
Los datos oficiales superaron a los publicados por el denominado IPC-Congreso, que calculó en base al promedio de consultoras privadas 1,6% el mes pasado. También superó el 1,54% proyectado por la llamada «inflación de los trabajadores, que calcula el Instituto Estadístico de los Trabajadores y el que reporta la CGT, que dio 1,45%.
«No es una alerta roja, va a dar un poco más alta pero es algo que teníamos previsto. No es para preocuparnos», aseguraba a El Cronista el jefe de Gabinete Marcos Peña en su entrada al coloquio de Idea en Mar del Plata, horas antes de la publicación del informe.
El hombre fuerte de la administración de Mauricio Macri buscó así restarle trascendencia al índice que superó las previsiones hasta del indicador que realizan en el Congreso. Pero la cifra tuvo su impacto.
«El escándalo era si la inflación terminaba en 2%, a una semana de las elecciones, el número hubiera sido catástrofe», aseguró a El Cronista una fuente de la Casa Rosada, en donde se profundizó la grieta entre el ala política y los más técnicos, como por ejemplo los miembros del equipo económico que están por estos días en la asamblea anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial en Washington.
«Nadie se olvida que Sturzenegger (Federico, presidente del Banco Central) soltó el dólar durante el mes previo a las PASO (primarias abiertas simultáneas y obligatorias) y, aunque esto es algo que no se puede controlar, no nos puede pasar a tan pocos días de la elección», repetían por los pasillos de Balcarce 50. «Puertas adentro hay enojo ante las malas noticias», agregaron las fuentes consultadas.
Un funcionario de la provincia de Buenos Aires que prefirió el anonimato apeló a las onomatopeyas para contestar si esperaba este número.
Así, cuando fue consultado por este cronista frente al 1,9% de inflación, solo atinó a decir «upa» y a poner cara de sorpresa. Recompuesto de la sorpresa, aseguró que «lo importante es que hay un camino a la baja», aunque reconoció que «los próximos meses va a ser difíciles», porque en el último trimestre se concentrarán al menos los incrementos de combustibles (que se especula será horas después del comicio legislativo), y las subas de electricidad y gas que estaban ya previstas por audiencia pública.
Uno de los pocos opositores que se vio ayer caminando por el Sheraton de Mar del Plata fue Marco Lavagna. El diputado por 1Pais dijo no estar sorprendido «porque hasta ahora no se hizo nada para bajar la inflación estructural, por lo que todos los meses vas a oscilar entre 1,5% y 2%. Si siguen apostando sólo a la política monetaria y a la tasa no va a cambiar nada», agregó el economista.
Pero mientras en la Casa Rosada reviven las internas y en la oposición señalan la incapacidad para doblegarle el brazo a la inflación, los empresarios tomaron con mayor naturalidad el número de la inflación.
«No es preocupante, la tendencia es la baja y quizás en algún mes está un poco más alta de lo esperado, pero está bajando», afirmó a esta diario Santiago Soldati.
«Aunque no soy especialista en el tema se atajó el empresario, creo que se están haciendo las cosas bien y al ritmo que se pueden hacer. Lo más importante es tratar de reducir el déficit», sentenció.
En esa línea se mostró Martín Berardi, director general de Ternium Siderar, al señalar que el Gobierno «viene trabajando bien y que el dato de la inflación «no es preocupante, lo importante es reducir el déficit, que es la madre de la inflación».
El empresario habló con este diario y afirmó que «si se logra bajar el déficit, finalmente van a empezar a encaminar el país», aunque reconoció que es importante mantener el sendero a la baja «teniendo en cuenta que la inflación mundial es alta y puede ser que la empieces a importar».
De todas formas, el director General de Ternium-Siderar insistió en que «lo principal es lograr bajar el déficit. De los últimos 70 años, en más de 60, la Argentina fue un país con déficit».