Más del 75% de la deuda argentina está nominada en dólares, por lo cual su stock se ajustará sensiblemente si se eleva el tipo de cambio. El peso de los intereses no será determinante, ya que la mayoría de esos títulos están en poder del Estado. Los analistas consideran que hay que vender las letras que el Tesoro le dio al BCRA como parte de un plan para capitalizar la entidad
Si bien el desendeudamiento de los últimos años admite varias lecturas, a la hora de analizar el escenario cambiario en la City advierten que aunque la deuda se encuentra cerca del nivel promedio de la región, es necesario seguir de cerca algunas de las particularidades que presenta, como el incremento que podría tener luego de un ajuste del tipo de cambio, ya que gran parte está en dólares.
Para el economista Jefe de la consultora Orlando Ferreres, Fausto Spotorno, tomando un devaluación que alcance el precio del dólar blue, de poco menos de $ 15, la deuda argentina podría incrementarse entre 8 y 10 puntos porcentuales más desde el 46% del PBI en el que se encuentra hoy.
A su vez, subrayó que el alza sería mayor si se cuenta la deuda con el Banco Central (BCRA). «Esa deuda se va a tener que trasladar a manos privadas porque hay que recapitalizar al Central. Habrá que comprarle la deuda y darle dólares al banco», explicó.
En tanto, si bien Leonardo Chialva, socio de Delphos Investment, coincide en que una devaluación elevaría significativamente el nivel de la deuda argentino, estima que el programa económico del candidato de Cambiemos, Mauricio Macri, podría evitar el traslado a precios tras una devaluación.
Según el último informe de Delphos, «más que dificultades económicas, Argentina tiene problemas financieros y de liquidez de reservas», pero «la figura de Macri permitiría acceder nuevamente a los mercados de deuda para refinanciar los déficits de flujos de fondos que deba enfrentar el país». Sugiere que el gobierno entrante debe pararse en los pocos pilares que le deja en pie la administración saliente: bajo nivel de endeudamiento público y privado; precios locales que ya conciben los tipos de cambio alternativos y un fuerte control del precio de la nafta luego de la devaluación del tipo de cambio oficial». El hecho de que ya se utiliza el tipo de cambio alternativo sería un pilar, lo que evitaría que el sinceramiento cambiario se trasladase a enteramente a precios. No obstante, el estudio aclara que será fundamental «dar garantías a los empresarios para que contemplen un nuevo escenario económico».
En cálculos de Delphos, la deuda nominal total directa ajustada asciende a 46% del PBI (estimado 2015) o u$s 204.700 millones (considerando un dólar de $ 14). Además, dicho valor excluye adelantos transitorios y contempla una adición de u$s 33.500 millones sobre un valor total antes de ajustes por u$s 171.200. En conclusión, consideran que el país está poco endeudado y recalcan que el resto de las economías de la región se ubican en un promedio de 42,5% sobre PBI en 2014, siendo la deuda de Brasil del 65%.
Por su parte, Spotorno cree que «una deuda sana es una mucho menor que la actual», teniendo en cuenta que «para el país el endeudamiento no representó un problema cuando se ubicaba en el 25%».
En el mercado creen que existe mucho margen hasta que se logre el equilibrio fiscal, siempre que se arregle con los holdouts, la principal traba que tiene hoy el país para conseguir financiamiento externo. De todas formas, en Orlando Ferreres subrayan que es preciso recortar el gasto, porque el déficit fiscal de 6 puntos del PBI crece a un ritmo de un punto por año: «Más allá de obtener financiamiento, es necesario ajustar el gasto, si se lo financia solo con deuda se elevará a 7 puntos del PBI».
En lo que respecta al la deuda en moneda estadounidense, que Delphos calcula en 77%, gran parte está en manos de la ANSeS. Es decir que más allá de que el compromiso sea con el Estado, luego de una devaluación, la deuda crecerá al igual que lo haría si el pago se tuviera que hacer al sector privado.
Finalmente, el informe de Delphos señala que el financiamiento de un déficit fiscal estimado para 2016 por u$s 20.000 millones la deuda total del Gobierno nacional (excluyendo adelantos transitorios) ascendería a u$s 224.000 millones aproximados, las emisiones necesarias para hacer frente a estos pagos podrían calzarse con vencimientos hacia 2019, 2022 y 2025, años con menor carga de pagos de deuda nominada en dólares.