Los bonos de la deuda siguen subiendo, las acciones también y el dólar financiero se mantiene en calma con inversores más permeables a las “buenas noticias” que a los obstáculos políticos
El mercado sólo parece dispuesto a reaccionar a las buenas noticias, aún cuando existen serias dudas sobre la sostenibilidad del ajuste fiscal y también sobre el futuro de las reformas que impulsa la gestión de Javier Milei. Esas preocupaciones pasan a un claro segundo plano cuando a pesar de los obstáculos, el Gobierno ratifica una y otra vez la convicción en alcanzar el equilibrio de las cuentas públicas.
Los inversores resultan por estas semanas mucho más permeables a ese mensaje que a la realidad que depara, hasta el momento, cada instancia de negociación política en la que se traban medidas clave que, según la mirada oficial, la economía necesita de manera urgente. Por caso, la reforma laboral que tendría un marcado impacto en las empresas cuyas acciones tuvieron hoy una excelente performance, tanto a nivel local como en Wall Street, donde se registraron subas de hasta 12% en el día.
Claro que, además de los resultados de las cuentas públicas, que volvieron a arrojar superávit financiero en febrero según el dato cuya difusión anticipó el ministro de Economía, Luis Caputo, el mercado presta máxima atención a otro número vital: las compras de divisas del Banco Central y la recomposición de reservas. Se trata, en definitiva, de la variable sine qua non que permitirá al Gobierno levantar el cepo, a la que Caputo le agregó en los últimos días un plus que contribuye al buen ánimo de los operadores financieros: la posibilidad de un desembolso de fondos frescos por parte del FMI. En rigor, el ministro admitió las negociaciones por un nuevo programa que reemplace al vigente y en el marco del cual podría producirse un desembolso de USD 15.000 millones. Incluso, Caputo admitió que esos fondos podrían no salir de las arcas del Fondo Monetario sino de “otro lado” pero, en cualquier caso, consolidó la expectativa de un aporte de dólares que contribuya a avanzar en el desarme del cepo.
Esa alternativa es un incentivo “a creer” para los inversores que ayer hicieron subir nuevamente los bonos de la deuda en dólares, con avances promedio entre 1,5% y 2% con una caída del riesgo país que permitió perforar los 1.600 puntos básicos. “Entre los factores idiosincráticos que explicaron las subas, el miércoles el ministro de Economía, Luis Caputo, mencionó que se está conversando con el FMI para firmar un nuevo programa con fondos frescos, lo que fue bien recibido por el mercado ya que mantiene una perspectiva positiva al menos de corto plazo. Además, Nación volvió a tener superávit financiero en febrero”, opinaron en el equipo de research que dirige Pedro Siaba Serrate en PPI.
Esos estímulos se combinan con la calma cambiaria signada por un precio del dólar financiero parece consolidarse por debajo de los $1.100 gracias al importante flujo de divisas en la previa del ingreso de la cosecha gruesa.
Es que, tal como destacó el corredor de cambios Gustavo Quintana, “a poco de comenzada la segunda quincena de marzo, el BCRA está a tiro de superar las compras totales de febrero”. El Banco Central lleva comprados USD 2.185 millones en el mes, lo que sube la cuenta total desde que asumió el Gobierno a unos USD 10.700 millones. Esa cifra, de la que la autoridad monetaria pudo retener para recomponer reservas algo más de la mitad según las estimaciones privadas, permitió cumplir la meta trimestral de acumulación de reservas prevista en el acuerdo que todavía está vigente con el Fondo Monetario y que tendría una nueva instancia en abril.
De cara a los próximos días, desde PPI destacan la relevancia de los avances para el tratamiento del DNU y la nueva propuesta de la Ley Bases, tal vez más por el impacto que positivo que podría tener el avance en esos frentes que por el efecto negativo que tuvieron hasta ahora las dificultades, en cierta medida descontadas por el mercado según los analistas.
“Asimismo, estaremos atentos a datos que señalen en dirección a un nuevo programa con el FMI, pues podría significar que el levantamiento del cepo cambiario se aproxima. Ello sería un driver positivo para las acciones, pues impactaría positivamente sobre la operativa de los negocios que representan”, apuntó PPI.