Un informe privado advierte que los efectos del aluvión de pesos de la pandemia no terminaron porque el proceso continuó. Esterilizar no es lo mismo que no emitir”, explicó el economista Fausto Spotorno.
La emisión monetaria no surge únicamente de la necesidad del Gobierno de cubrir su déficit fiscal, es decir, de imprimir dinero para pagar una parte del gasto público. Otro importante factor de emisión viene de la deuda del Banco Central, que cada vez gasta más en intereses para retirar pesos del mercado, algo así como los pesos que paga el BCRA para retirar pesos. Por una vía o por la otra, el resultado de este fenómeno creciente en un mayor índice de inflación.
La política de “esterilización” de pesos que el Banco Central realiza a través de sus instrumentos de deuda (Leliq y pases), no es inocua en materia de inflación
“En Argentina, el principal factor de emisión no deja de ser el déficit fiscal, pero va ganando peso también el déficit cuasi fiscal que es el generado por los intereses que debe afrontar el Banco Central”, destaca un trabajo del Instituto de Economía de la UADE que coordina el economista Fausto Spotorno.
Esa política de “esterilización” de pesos que el Banco Central realiza a través de sus instrumentos de deuda (Leliq y pases), no es inocua en materia de inflación, aunque ayuda a reducirla y demorar su aparición: “Existen rezagos debido a que el dinero tarda en introducirse en la economía e incluso la propia política de esterilización posterga parcialmente los efectos inflacionarios”.
Ese rezago hace que buena parte de la enorme emisión de 2020 para dar contención social a los efectos de la cuarentena preventiva del Covid-19 todavía tenga impacto en la inflación actual. Según explica el informe, la emisión monetaria “lleva a la inflación tarde o temprano”, por lo que los resultados de aquel aluvión de pesos todavía se está pagando.
“Hay dos efectos secundarios de esa emisión que todavía están muy presentes. Primero, la demanda de dinero es mucho mas baja que antes, porque las expectativas de la inflación aumentaron. Además, desde la salida de la pandemia se esterilizó mucho más y como consecuencia de eso se genera un problema adicional, que es la escasa confianza en el peso”, señaló Spotorno a Infobae. Recordó un dato alarmante: la deuda del Banco Central equivale al 170% de la base monetaria. “Esa deuda no es otra cosa que una promesa de más emisión”, explicó.
El economista distingue la situación de otros bancos centrales del mundo que también emitieron fuerte durante la pandemia, pero luego comenzaron una política monetaria restrictiva, con mucha absorción de dinero y suba de tasas. En la Argentina, por el contrario, “el proceso de emisión no paró nunca, se redujo algo pero sigue adelante”.
Como cualquier herramienta, la esterilización de los pesos por parte del Banco Central tiene límites y su uso excesivo puede perder efecto: “Esterilizar no es lo mismo que no emitir, reduce el efecto inflacionario pero no lo elimina”, resumió Spotorno.
Cómo cubrir el déficit
¿Para qué el Banco Central emite dinero que ningún actor económico demanda? Entre otros motivos, para que el estado pueda cubrir su déficit. El acuerdo con el FMI autoriza a que este año la emisión alcance hasta 1 punto del PBI, una cifra que podría llegar a duplicarse dado que “el déficit fiscal está siendo más alto de lo esperado” lo que deja al gobierno en una posición más difícil para colocar deuda”.
La deuda del Banco Central, que equivale al 170% de la base monetaria, no es otra cosa que una promesa de más emisión
El informe de la UADE estima que de esa enorme suma de dinero que será emitida, “entre el 30% y el 50% se esterilice mediante colocaciones de pases y Leliqs a los bancos” y que su efecto en términos inflacionarios no es neutro. Impacta en los precios por dos vías. La primera, es que “al ser una promesa de emisión monetaria, tiende a hacer bajar la demanda de dinero, lo que resulta inflacionario”. Pero además, los crecientes intereses de esos pases y leliqs “generan un déficit cuasi fiscal que también debe ser financiado con más emisión monetaria o con mayor emisión de pases y Leliq”.
“Las necesidades financieras para cubrir el déficit del Estado y los intereses de la deuda del BCRA son casi 7,5 puntos del PBI, de los cuales, 1,5 punto se financiará con emisión monetaria y los 6 restantes con deuda, que podrá ser con organismos internacionales, deuda del Tesoro y Leliq”, apuntó el informe.
El estudio de la UADE analizó la emisión monetaria en la Argentina desde 1940 hasta el presente y sus principales fuentes, “el financiamiento al fisco para cubrir el déficit fiscal y/o vencimientos de deuda y la compra de reservas”. A lo largo de la historia hubo dos grandes picos de emisión, uno entre 1975 y 1976 y otro entre 1983 y 1985, sin contabilizar la hiperinflación de 1989.
Desde 2004 la emisión monetaria se mantiene relativamente estable en un rango de entre 30% y 35% anual. Y el informe puntualizó que “los valores actuales son similares a los del periodo 2002-2003″, con la salvedad de que hubo un cambio en la composición. “Mientras que en ese período la expansión estuvo vinculada a una mayor base monetaria, en el período actual se destacan mayor cuantía de pasivos monetarios. En los últimos años los pasivos monetarios vienen creciendo a un ritmo que casi duplica al que habían tenido hasta 2015″ concluyó el informe, poniendo en evidencia el fuerte impacto de la deuda del BCRA.