Según datos de la misión, en caso de que la moneda norteamericana se ubique debajo de la zona de no intervención (ZNI), será el BCRA el que compre de manera directa las divisas al Tesoro.
Conscientes de que “la inflación mensual sigue siendo alta” y que “romper la inercia inflacionaria será un proceso largo que requerirá persistencia y coherencia en el enfoque cauteloso del Banco Central” para la fijación de objetivos de base monetaria, los técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI) apoyaron los anuncios hechos por Guido Sandleris para endurecer la política monetaria hasta fin de año.
Además, el líder de la misión, Roberto Cardarelli, que estuvo en Buenos Aires entre el 11 y el 22 de febrero, sostuvo que “lograr un déficit primario cero en 2019 requerirá una mayor restricción en el gasto gubernamental” que la efectuada en 2018 y dio detalles sobre las subastas de u$s 60 millones que llevará a cabo el Tesoro desde “mediados de abril”, informó.
“El personal técnico apoya el plan para realizar subastas de divisas diarias transparentes y anunciadas previamente (de u$s 60 millones por día que comienzan a mediados de abril) para satisfacer las necesidades de gasto fiscal del gobierno federal de u$s 9600 millones”, dijo. En ese sentido, detalló que “en la medida en que la moneda esté más apreciada que la zona de no intervención (ZNI) del Banco Central, las ventas se realizarán directamente al Banco Central en la cantidad correspondiente a su anunciada política de compra de divisas no esterilizada”. El Banco Central se autoimpuso que, en el caso de que el dólar baje de la ZNI, comprará hasta u$s 50 millones diarios durante marzo y abril.
Sobre el endurecimiento de la política monetaria señalaron que dan “la bienvenida a la decisión de las autoridades de extender el crecimiento monetario de base cero hasta noviembre y de disminuir el ritmo al que aumentarán los límites de la zona de no intervención. Esta restricción del marco monetario contribuirá a reducir la inflación y a volver a anclar las expectativas de inflación”.
Definieron que elogian “los esfuerzos de políticas de las autoridades y la firme determinación de abordar los desequilibrios macroeconómicos y promover su plan de estabilización económica”. Y marcaron que “los altos déficits fiscales y externos, los dos desequilibrios al centro de la crisis financiera de 2018, se encuentran en medio de una corrección significativa”.
Sobre la evolución del PBI, que terminó el 2018 con una caída de 2,6% (según el dato provisorio del Emae del Indec), reconocieron que “la actividad económica ha sido débil, pero hay buenas perspectivas para una recuperación gradual”.
Gasto social
Además, anunciaron que se amplía la posibilidad de usar gasto en asistencia social desde el 0,2% del PBI previsto de manera original a un 0,3%. “La débil actividad económica y la alta inflación están teniendo impacto. En este contexto, apoyamos firmemente los esfuerzos de las autoridades para mitigar el impacto social de las políticas de estabilización necesarias, incluso a través de aumentos recientemente anunciados en el gasto social (que se ajustarán al programa a través de un aumento en el gasto de asistencia social de 0,2% a 0,3% de PBI)”.sostuvieron.
Agregaron que “la continua implementación del plan de estabilización del gobierno argentino sigue siendo esencial para consolidar el retorno de la Argentina a la estabilidad macroeconómica, a la reducción de la inflación y para sentar las bases de un crecimiento sólido, equitativo y sostenible. También será necesario un nuevo impulso de reformas del lado de la oferta para consolidar los logros ya alcanzados por el gobierno y garantizar una mejora sostenida en los estándares de vida de todos los ciudadanos de Argentina”.
Sobre cuándo llegará el próximo desembolso, dijeron que se espera que el Directorio Ejecutivo del FMI revise “en las próximas semanas” lo elevado por los técnicos del organismo. Una vez que ocurra, se gatillará el envío de los u$s 10.870 millones