Sería si ingresaran unos U$S 1.500 M. El oficialismo busca enviar guiño a la corte de EE.UU. para mostrar “buena fe”
Desde hoy, y con un guiño a la Corte Suprema de los Estados Unidos, los bonistas que no ingresaron a los canjes de 2005 y 2010, estarán habilitados para ingresar en el tercer llamado a regularizar la deuda aún en default desde 2001. Se calcula que en total hay unos u$s 8.000 millones en esas condiciones, y si el Gobierno sólo consiguiera unos u$s 1.500 millones, el Ministerio de Economía de Hernán Lorenzino podría mostrar un porcentaje de aceptación del 95% (hoy es del 93,4%). Sin embargo la principal misión de este nuevo llamado, que quedará abierto en el tiempo sin fecha límite, es que desde el máximo tribunal de los Estados Unidos, en momentos en los que estudia si acepta o no el caso de la Argentina contra los fondos buitre, tome como un gesto de buena fe la decisión del Gobierno de Cristina de Kirchner de volver a abrir una instancia negociadora con los holdouts.
El Ejecutivo promulgó ayer la ley que habilita la reapertura del canje a través de un decreto publicado en el Boletín Oficial donde "queda autorizado a realizar todos aquellos actos necesarios para la conclusión del proceso de reestructuración de los títulos públicos que fueran elegibles para el canje dispuesto en el Decreto 1735 del 9 de diciembre de 2004 y sus normas complementarias que no hubiesen sido presentados al mismo ni al canje dispuesto por el Decreto 563 del 26 de abril de 2010". Esas eran las normas legales para los dos anteriores llamados a regularizar la deuda en default.
La ley que permite la reapertura de este proceso fue sancionada el 11 de septiembre último por el Gobierno y se establece además que "los términos y condiciones financieros que se ofrezcan no podrán ser mejores que los ofrecidos a los acreedores en la reestructuración de deuda" de 2010.
Se aclara que quedan exceptuados del canje "los títulos de deuda pública que se emitan como consecuencia de lo dispuesto en la presente ley". La ley prohíbe, también, "ofrecer a los tenedores de deuda pública que hubieran iniciado acciones judiciales, administrativas, arbitrales o de cualquier otro tipo un trato más favorable que a aquellos que no lo hubieran hecho". Esto quiere decir que los fondos buitre que ya iniciaron sus acciones legales y que tuvieron fallo de segunda instancia a favor ante la Cámara de Apelaciones de Nueva York, deberán renunciar a continuar litigando (pagando las costas generadas hasta el momento) para ser aceptadas en este tercer canje. El texto oficial dispone que los tenedores de títulos públicos que fueran elegibles para el canje dispuesto en el Decreto 1.735/04 "que deseen participar de cualquier operación de reestructuración que se realice en el marco de lo dispuesto en la presente ley, deberán renunciar a todos los derechos que les correspondan en virtud de los referidos títulos". "Inclusive, deberán renunciar a aquellos derechos que hubieran sido reconocidos por cualquier sentencia judicial o administrativa, laudo arbitral o decisión de cualquier otra autoridad, y renunciar y liberar a la Argentina de cualquier acción judicial, administrativa, arbitral o de cualquier otro tipo, iniciada o que pudiere iniciarse en el futuro con relación a los referidos títulos o a las obligaciones de la Argentina que surjan de los mismos, incluyendo cualquier acción destinada a percibir servicios de capital o intereses de dichos títulos", según se afirma en la ley.
En esta reapertura el Gobierno ofrece los mismos títulos públicos que en el último llamado de 2010; pero a diferencia de ese llamado, ahora no hay agentes financieros internacionales que se ofrezcan como intermediarios. En aquel año, cuando el actual vicepresidente Amado Boudou era ministro de Economía y Hernán Lorenzino secretario de Hacienda, la operación fue organizada por Barclay's, Citibank y Deutsche Bank. En este tercer canje, el operador financiero es el propio Gobierno local, actuando como agente la Caja de Valores, con la única intervención, al menos hasta el momento, del Banco Nación. En aquel llamado de 2010, en total ingresaron unos u$s 12.000 millones, de un total estimado de unos u$s 20.000 millones que permanecían en default, según los cálculos de esos días. Para la reapertura de 2013, el volumen no superaría los u$s 11.000 millones. Los títulos públicos que se ofrecerán a los interesados serán exactamente los mismos que en 2010. Los inversores institucionales recibirán un bono Discount con una rebaja del 66,3% en la deuda original y, además, un bono Global, por los intereses a la fecha con una tasa de interés del 8,75%. La totalidad de la suma sería pagada en 2017. En el caso de los individuales, recibirán un bono Par sin quitas, con un Cupón PBI a futuro y sin reconocimiento de los años anteriores. Esta operación sólo será válida para los tenedores de deuda por menos de 50.000 dólares o su equivalente en pesos. En todos los casos se respetará la moneda original (la mayoría de los holdouts posee bonos en dólares). Para ambos tipos de inversores habría un cupón PBI atado al crecimiento de la economía.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=708218