El país es el principal socio comercial. El año pasado, el intercambio ascendió a u$s 27.000 millones y hubo un rojo récord de u$s 8000 millones. Se está revirtiendo este año
El triunfo del candidato liberal Jair Bolsonaro en las elecciones presidenciales de Brasil, que deberá competir en el ballottage con el petista Fernando Haddad, no generó sorpresa en la Argentina -las encuestas ya lo posicionaban como el favorito-, pero sí una gran expectativa sobre cuál será el rumbo que tomará su gobierno en materia económica, si es que finalmente resulta electo presidente del principal socio del Mercosur. ¿Avanzará con medidas de tinte liberal, como viene planteando en sus últimas apariciones públicas, o cerrará más la economía al estilo Donald Trump, como insinuaba al comienzo de su campaña? Hoy parecería que la primera opción es más viable y la que economistas y empresarios prefieren. De lo que haga Brasil con su economía depende la Argentina, ya que es el principal socio comercial, con un intercambio que alcanzó el año pasado u$s 27.000 millones.
«Va a ser todo un cambio para Brasil. Esperemos que logre reactivarse. No tengo muy en claro qué va a pasar, pero espero que signifique la salida del país de cinco años de recesión. Vamos a tener que ir adaptándonos a lo que pase con nuestros vecinos», manifestó el presidente de la UIA, Miguel Acevedo. La industria depende fuertemente de la actividad brasileña, ya que para los que exportan es su principal mercado. El rubro automotor es el que lidera estas ventas y en los últimos meses comenzó a repuntar, de la mano de una recuperación del consumo en el vecino país. Tanto es así que septiembre fue el primer mes, desde enero de 2015, que la Argentina volvió a registrar superávit comercial -de u$s 6 millones- con Brasil.
Con el freno de la demanda interna y el dólar alto, las importaciones comenzaron a caer, razón por la cual la ecuación comenzó a darse vuelta. La relación histórica es de un déficit comercial de entre u$s 2000 y u$s 3000 millones en detrimento de la Argentina, que el año pasado alcanzó, con u$s 8000 millones, récord histórico, producto del alto crecimiento de las compras a Brasil y fuerte merma en las exportaciones. Hoy ese escenario comenzó a revertirse. Y la expectativa de que el socio mayoritario del Mercosur comience a crecer le abre a la Argentina una gran oportunidad para que los sectores industriales puedan retomar sus ventas a ese destino.
«El rojo de este año debería cerrar en torno a los u$s 4000 millones porque a nuestras exportaciones les está yendo muy bien. El comercio automotor explica el 50% de las ventas y también viene bien el trigo, ya que Brasil se está haciendo más intensivo en soja. A la vez, la demanda argentina comienza a mermar por la caída del consumo local sumado al tipo de cambio», aseguró Marcos Muñiz, analista de comercio exterior y Latam de la consultora Abeceb. Según su visión, «Brasil crecerá en 2019 en torno a 2% a 2,5% por rebote cíclico». «Salvo que haya un shock de desconfianza, la inversión, el consumo y el sector externo traccionarán porque venían de valores muy bajos», agregó el economista.
«Nadie sabe qué hará Bolsonaro. Tiene algo de xenofobia y misoginia, pero lo importante en economía es hacer bien las cosas, lo lógico de un país normal, y empezar a exportar. Brasil tiene una macro ordenada y eso lo favorece», dijo el presidente de FIAT, Cristiano Rattazzi.
Una de las últimas definiciones del candidato del PSL fue que buscará recuperar el superávit fiscal, lo que generó algunas dudas respecto de si seguirá o no con el ajuste que ya se viene aplicando desde los últimos dos años. «El consumo ya fue afectado por tres años. Brasil tiene un déficit tremendo, pero tiene buenos números macro», sostuvo Rattazzi. «Por lo que veo, hay una reacción positiva de los mercados en Brasil, la recuperación y crecimiento de esa economía nos permitirá continuar con la exportación de Hilux y SW4 fabricadas en nuestra planta de Zarate», afirmó, Daniel Afione, de Toyota.
El economista Gustavo Segré manifestó que «el ajuste en Brasil ya está implementado» y que «la Argentina ahora tiene que aprovechar para captar los mercados que perdió». «En el 2000, la Argentina representaba el 12% de lo que Brasil le compraba al mundo; hoy es apenas el 6%. Hay que aprovechar que el peso se desvalorizó y que Brasil está importando mucho», sostuvo el analista.