Numerosas firmas han optado por comprar sus propias acciones en el mercado. De esa forma compensan al inversor. A la vez, hay algunas que quieren achicar su exposición en la plaza
Las trabas para el giro de dividendos y falta de profundidad del mercado local hacen que cada vez más empresas cotizante recurran a la recompra de acciones para darle destino a sus ganancias en pesos o, directamente, abandonar la oferta pública. En las últimas semanas, y con Telecom como caso más importante, cinco empresas distintas han salido a recomprar su propios papeles al mercado como una forma de hacer llegar parte de sus utilidades a los inversores.
“Es el mismo fenómeno que causa que varios bancos hayan comprado nuevas torres corporativas: las trabas al uso de los fondos de las empresas obligan a buscar nuevos destinos para las ganancias de las empresas”, comentó Gabriel Vidal de Criteria Advisors.
“Una de las formas más inteligentes que han encontrado es esta, recomprar parte de sus acciones de manos de inversores para premiar la inversión”, agregó.
El caso más relevante es el del gigante de las telecomunicaciones, Telecom, que dese mayo pasado está llevando adelante un programa de recompra de acciones por $ 1.200 millones y que todos los días aporta volumen al mercado local.
Como reportó El Cronista en ese entonces, la empresa explicó la iniciativa como una forma de “proteger el interés del accionista” frente a las fluctuaciones de precio que sufre el papel de la empresa (de hecho, ganas más de 70% en lo que va del año). Sin embargo, en el mercado lo ven como una forma de burlar los reparos del Gobierno al reparto de utilidades.
Precisamente en mayo pasado, los directores de la ANSeS en la telefónica se opusieron al reparto de $ 1.000 millones de ganancias entre accionistas.
“Las dos formas de hacer llegar ganancias a los inversores son la distribución de dividendos o por la recompra de acciones”, comentó Leonardo Chialva, de Delphos Investment. “Con la distribución bloqueada, es lógico que crezca la recompra. Así, la empresa le devuelve algo de lo que puso: una parte en efectivo y la otra en forma de capitalización, porque las acciones que quedan en el mercado ganan en valor como resultado de la reducción del total flotante”, completó.
El otro ejemplo es el de la empresa Boldt Gaming, una firma dedicada al juego de azar que lanzó una agresiva recompra de uno de los dos papeles que sostiene en el mercado (GAMI).
El importante flujo de efectivo que genera la empresa, sin tenencias de capital importantes (como edificios o maquinaria de relevancia) hacía a las acciones de esta firma una de las favoritas del mercado a la hora de cobrar dividendos anuales. El año pasado, sólo por GAMI pagó $ 89 millones que no podrán repetirse.
Este año, tras quedar involucrada en el escándalo de la imprenta Ciccone por el propio vice presidente de la Nación, Amado Boudou, los accionistas controlantes decidieron directamente retirar del mercado al papel en una operación de recompra que podría alcanzar los $ 115 millones en total.
“El Boudougate llevó el precio de GAMI al suelo, lo que hizo mucho más atractiva la recompra pasa sus controlantes. Pero más allá de un escándalo puntual, el precio de las acciones locales es bajo a niveles históricos, con lo que la recompra se vuelve una opción conveniente”, dijo un analista que prefirió no ser nombrado.
En las últimas semanas, la opción de recompra y salida definitiva del mercado fue elegida también por empresas más pequeñas, que no encuentran en la poca liquidez del mercado actual la alternativa de financiamiento que buscaban originalmente.
El 17 de julio pasado, la gráfica Grafex comunicó a la Bolsa que “como consecuencia de las regulaciones aplicadas a fin de mejorar los derechos de los accionistas e inversores (…), las entidades han debido incorporar en forma constante nuevos requerimientos y exigencias que traen como consecuencia un aumento de los costos los cuales no se justifican” para la firma. Hasta el año pasado, Grafex distribuyó dividendos casi todos los años.
Por último, el 18 de julio pasado la autopartista cordobesa Pertrak y, dos días antes, Cerámicas San Lorenzo –firmas que atraviesan sus propias turbulencias dentro de sus sectores– también anunciaron su intención de recomprar sus propias acciones para retirarlas del mercado.