Este financiamiento al capital de trabajo cayó $ 12.474 millones en lo que va del año. Se nota la falta de oferta de la Línea Productiva y el exceso de crédito tomado a fines de 2015
En lo que va del año, el descuento de documentos no sólo no creció sino que cayó $ 12.474 millones en términos nominales, lo que indica que las empresas cancelan más créditos de los que toman. Una combinación de altas tasas de interés, la falta de oferta de la Línea de Inversión Productiva, subsidiada, y la no renovación de la gran cantidad de crédito tomado a fines del año pasado para acumular inventarios y dólares explican la fuerte caída.
Es común que las empresas tomen bastante crédito para financiar el capital de trabajo en el último trimestre del año y que en el primero del siguiente la demanda se retraiga.
Pero a fines de 2015, con una devaluación a la vista, las firmas captaron $ 27.945 millones, 81% por encima del año anterior, para comprar dólares, contratos de futuros, mercadería o cancelar deudas con proveedores.
«Las empresas están en buena medida con un exceso de inventarios porque estuvieron acumulando inventarios desde finales del año pasado como una manera de dolarizar su activo. Tomaron muchas líneas de capital de trabajo para sacarle dólares al Central. Llenos de inventarios y con tasas altísimas, las empresas hoy están en términos netos cancelando deuda y no hacen rollover», contó un economista respecto de sus clientes, que prefirió no ser mencionado.
En el mismo período del año pasado, el descuento de documentos había crecido $ 1.579 millones, según datos del Banco Central (BCRA). Y hoy la inflación es del 33%.
La caída del crédito es generalizada, aunque los préstamos al consumo todavía crecen en términos nominales, por la política monetaria que aplica el BCRA para bajar la inflación, quien, al fijar las tasas de sus letras en un 38% a 35 días, le impone un piso al costo que los bancos cobran a sus clientes.
Los bancos consultados explicaron que hoy las tasas de descuento de cheques rondan entre 30 y 35%, a 30 y 60 días. Y en el 38% a partir de 90 días.
«Hay crédito pero no hay demanda. Lo libre es caro y no hay demanda por afuera de la Línea Productiva. Tengo plata pero nadie convalida tasas por encima del 40%», dijo un gerente del área de un banco internacional, respecto de las líneas que no financian capital de trabajo.
«Las empresas han migrado a invertir en plazo fijos. Antes compraban mercadería, dólares o pagaban a proveedores. Ahora que la tasa saltó, se vieron tentadas a colocar el excedente de caja a plazo fijo», agregó.
En este contexto de altos costos de financiamiento, se nota más la ausencia de la Línea de Inversión Productiva, que con tasas del 22%, no es rentable para los bancos pero genera volumen de colocación.
«La nueva Línea Productiva modificó la forma de colocar los fondos. Antes era por desembolso, de tantos millones por mes, y ahora es mantener un saldo financiero promedio, del 14% de los depósitos. Al ir por saldo, la mayoría de los bancos está cubierta y la colocación es de poco y nada», explicó un colega de un banco nacional.
Pero la entidad prefiere seguir activa y comprar cheques por la Línea Productiva para no quedar fuera del mercado «Porque los demás bancos lo hacen», agregó, respecto de una oferta que se concentra a principios de mes.
Hacia adelante, por la dureza de la política monetaria y la baja actividad se prevé un segundo trimestre de transición y una segunda parte del año de mayor demanda.