Los expertos financieros resumen en pocas palabras qué mecanismos activan para ganar más dinero
En 1984, el legendario inversor en valor Warren Buffett se planteó un ejercicio estadístico. Revolvió entre los inversores más prominentes de su país con la idea de extraer algún patrón común que revelara una técnica de inversión superadora. De evaluar sus retornos llegó a una conclusión: la escuela de quien fuera su maestro, Benjamin Graham, tenía la mala costumbre de producir discípulos que, luego en sectores y compañías totalmente distintos, generaban rendimientos sistemáticamente por encima del mercado. Así lo demostró en un ensayo que escribió entonces: Los Superinversores de Graham y Doddsville.
¿Qué cualidades reúnen los «superinversores» de Wall Street que los distinguen por sobre la media? ¿Existen estrategias o patrones que puedan resistir el paso del tiempo y se vuelvan generalizables? A lo largo de los años, muchos de los grandes han compartido pequeños mosaicos de su filosofía de negocio. Por lo pronto, trasladar sin filtro sus conceptos al mercado argentino -de magra profundidad y con mayores imperfecciones- puede ser apresurado. Hecha la salvedad, aquí algunos de los grandes atributos que se encuentran con frecuencia en el muestreo de los mejores.
Ir a lo básico: ¿Cuáles el negocio?
Los grandes inversores pueden resumir en pocas palabras los engranajes que activa una compañía para generar su propio dinero. El desafío es volverse operativo: desarmar un negocio aparentemente complejo hasta llegar a su unidad de análisis más elemental.
En ese sentido, los mejores inversores tienen plena noción de los factores que hacen a la rentabilidad y nunca comprarían una acción de una compañía cuyo negocio no entendieran perfectamente.
Comparar bien expectativas y fundamentos
Según Michael Mauboussin, jefe de estrategia global del banco Credit Suisse, lo que verdaderamente distingue a los grandes inversores es su habilidad para comparar los fundamentos de una compañía -como evolución de ventas o margen de ganancias- contra las expectativas que lleva ya incorporadas en el precio.
Una gran compañía puede no ser necesariamente una gran inversión: la oportunidad de retornos excelentes aparece cuando se identifica una empresa que muestra sólidas perspectivas de crecimiento, pero que aún no han sido correctamente calibradas en el precio de la acción.
«Los fundamentos dicen qué tan rápido correrá el caballo -explica Mauboussin. Las expectativas dicen sus probabilidades de ganar la carrera, de acuerdo a los apostadores. Uno debe considerar estos elementos por separado: el objetivo es encontrar ese caballo que tiene mal asignadas las probabilidades en relación a cómo podría correr».
Calibrar el buen juicio
Los hombres de Bolsa más experimentados trabajan en dos objetivos de notable dificultad: identifican y aprenden a convivir con los sesgos que afectan su proceso cognitivo; buscan activamente información que contradiga sus opiniones. En ese sentido, minimizan las impurezas de un sano juicio y actualizan los puntos de vista cuando la evidencia lo sugiere. Después de todo, los mejores inversores saben perfectamente que un buen pensar requiere, en última instancia, de riguroso mantenimiento.
Reconocer el aspecto psicológico de los mercados
En el mundo de la inversión, las emociones son tan poco bienvenidas como inevitables. Los mejores inversores jamás subestiman sus efectos y trabajan en lograr una mente despojada del cuadro sentimental. Benjamin Graham, el padre de la inversión en valor, ya lo resumió una vez: «El principal problema del inversor -incluso su peor enemigo- probablemente sea él mismo».
En su clásico de las finanzas El inversor inteligente, Graham inventó el concepto de Mr. Market (Sr. Mercado) para ilustrar la relevancia de calibrar un pensamiento racional.
Mr. Market es un socio de un hipotético emprendimiento que cada día se aparece con un precio distinto y una oferta: a veces quiere comprar la participación del inversor, otras veces quiere vender. La codicia y el medio lo dominan. Con frecuencia, el precio que trae será razonable respecto del valor del negocio. Otras, estará ridículamente lejos.
El inversor avezado no sólo logra desprenderse del consenso del mercado sino que también toma provecho de las oscilaciones del péndulo. «Esta persona imaginaria es una suerte de ebrio psicópata. Algunos días estará muy entusiasmado, otros días estará deprimido. Cuando se pone muy optimista, uno le vende. Si luego se deprime, uno le compra. No hay una cuestión moral allí…», resume Buffett.
Tener mentalidad probabilística y conciencia de los cisnes negros
Los inversores más sofisticados saben que, en el largo plazo, su éxito será el resultado de una simple ecuación: la diferencia entre lo que ganan cada vez que aciertan y lo que pierden cuando no. A la hora de tomar decisiones, tienen plena conciencia de la incertidumbre como juez de última instancia y deciden bajo un esquema de probabilidades.
Sin embargo, hasta la mente mejor preparada puede quedar en blanco cuando el mercado entra en territorio de «cisnes negros»: eventos ajenos a toda expectativa que ocurren sorpresivamente y cuya probabilidad e impacto resulta totalmente impredecible hasta tiempo después del suceso. Están fuera del abanico de resultados «esperables». El tsunami de Japón, o incluso la serie de eventos políticos del último año, podrían entrar en categoría.
En un país como Argentina, con notable exposición a shocks externos, «vacunar» la cartera frente a eventos impredecibles puede resultar una sana decisión para reducir riesgo y operar con la cabeza fría. Así lo recomienda Germán Fermo, de la maestría en finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella.
Consejos para lograr mayores rentabilidades
Entender la mecánica del negocio
Los grandes inversores pueden explicar en pocas palabras cómo funciona la empresa: cómo hace su dinero, cuánto le cuesta lograrlo, cuánto le queda al final
Comparar expectativas y fundamentos
La cualidad del negocio y su precio de mercado deberían siempre analizarse por separado, y en ese orden
Reconocer la psiquis del mercado
Los inversores buscan dominar sus emociones y tomar las decisiones con la cabeza fría, porque saben que hacerlo en caliente puede ser muy peligroso
Cuidado con los cisnes negros
El inversor atento debería siempre considerar que hay eventos «fuera de lo esperable» merodeando a la vuelta de la esquina. Cada tanto, asoman cabeza
Sostener en todo momento el buen juicio
Los grandes hombres de bolsa trabajan activamente contra los sesgos cognitivos y buscan opiniones contrarias a la suya, para poder sostener en todo momento su buen juicio
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1985770-en-busca-de-una-tecnica-que-ayude-a-invertir-mejor