Se trata de la tasa del 15% que comenzó a regir en septiembre de 2012 y que subió al 20% a partir de marzo último. Fue impuesta por el fisco para tratar de reducir la salida de divisas producto del turismo al exterior
Frente al cepo al dólar impuesto por el Gobierno y ante las cada vez más escasas habilitaciones que otorga la AFIP a los argentinos que deciden viajar al exterior –única opción todavía para hacerse del billete verde en el mercado oficial- la opción de realizar los consumos con tarjetas de crédito o débito se transformó en una tendencia.
Además, ante la disparada del dólar libre, pese al recargo actual del 20 por ciento a los gastos en el exterior, la alternativa sigue siendo más ventajosa que salir a buscar la moneda estadounidense en el mércalo paralelo, puesto que se consigue el dólar a un valor sensiblemente inferior.
Y los datos oficiales dan cuenta de esta curva ascendente, que no para de achicar las reservas del BCRA. Según los últimos números conocidos, los pedidos de moneda extranjera por turismo prácticamente se duplicaron en los últimos meses. Así, pasaron de u$s 3.171 millones en 2011 a u$s 5.584 millones en 2012.
Además, pese a los esfuerzos del Banco Central, la fuga de dólares a través del uso de la extracción de dólares con tarjetas de crédito parece no menguar tampoco.
Según cifras oficiales de la máxima autoridad bancaria, los préstamos en dólares para los usuarios de plásticos repuntó en la segunda quincena de mayo, y creció el 15%, alcanzando un total de u$s500 millones, un nivel cercano a lo ocurrido el 3 de mayo, antes de que se profundizaran las trabas.
Desde finales de abril, el Gobierno inició un proceso para reducir el mecanismo de fuga a través de las tarjetas, que permitía a los argentinos acceder a un dólar más cercano al oficial que al blue. Por eso, presionó a los bancos para que limiten la extracción de dólares en el exterior, y envió una cantidad de cartas intimidatorias a entidades y a particulares para que expliquen ciertas operaciones que consideraban sospechosas.
En las vacaciones de invierno, además, la AFIP redujo en un 30% el monto habilitado de dólares para los contribuyentes que tenían la fortuna de ser autorizados a comprar la moneda al valor oficial.
Mientras en enero y febrero el organismo dejaba cambiar un promedio que iba de u$s 70 a u$s 100 por día por persona, para el receso invernal, la agencia recaudadora sólo autorizó la compra de divisas por entre u$s 50 y u$s 70, publica hoy el diario El Cronista.
En este marco, se conocieron nuevos números que también dan cuenta del abultado uso de las tarjetas para costear los gastos de hospedaje y de consumos diarios mientras se está de viaje en otros países.
Según publica el diario La Nación, el balance que realiza el organismo fiscalizador que conduce Ricardo Echegaray desde que se puso en marcha el recargo hasta la fecha es de un ingreso en las cuentas fiscales de 3487 millones de pesos por los gastos pagados con tarjetas de crédito y débito en el exterior, que arrancaron en $ 10 millones en septiembre de 2012 y subieron a $ 533.629.117 el mes pasado, con un pico de $ 694.820.493 en mayo.
No obstante, las devoluciones del fisco a los contribuyentes con ingresos superiores a los $ 250.000 brutos anuales no llegaron a los $ 200 millones, añade el matutino que tuvo acceso a las cifras de la AFIP. La devolución se da porque las retenciones que hace el fisco antes las compras son como anticipos del pago anual de los impuestos a las Ganancias y a los Bienes Personales.
Específicamente, las devoluciones a los empleados en relación de dependencia que ganan más de $ 250.000 anuales brutos ascendieron a $ 180 millones; para los autónomos y monotributistas, sujetos a un trámite especial para la devolución, se aprobaron giros por 12 millones de pesos.